jueves, 23 de agosto de 2007

Sólo en México (y Torreón)


En un post anterior (Había una vez un Tranvía) se presenta un claro ejemplo del progreso que tenía esta región a principio del siglo pasado. Había comunicación de lo más moderna para la época entre las tres ciudades por medio de un tranvía. Adelanto tecnológico que muy pocas ciudades en el mundo tenían –además no era contaminante-. Pero eso y algunas otras cosillas hay que guardarlarlas en el baúl de los recuerdos, porque hoy la cosa pinta distinta. Y grave; casi como para casos clínicos de enfermos mentales.
Sólo en México y ahora en Torreón es posible encontrar ejemplos de estupidez administrativa de parte del municipio en cuanto al tema del transporte interestatal. Cómo explicarle al mundo que en el municipio de Torreón se hace exactamente lo contrario de lo que sensatamente se recomienda en cualquier lugar pretensiosamente civilizado. Cuando hay cada vez más preocupación por aspectos climáticos, ahorros de combustibles, mayor productividad con sustento ecológico, maximización de tiempos, aquí hay una burocracia que pomposamente se hace llamar Comité Técnico de Autotransporte de Torreón y un tal director de Autotransporte (Ernesto Cuéllar Galindo) que proponen alargar un recorrido –y vaya que si lo hacen- de los conocidos camiones Torreón-Gómez.
En una oportuna foto publicada por El Siglo de Torreón se ilustra el absurdo de la propuesta. Del punto que está marcado como Allende al punto Boulevard Revolución (línea punteada igual a ruta suprimida) hay una distancia de 700 metros, aproximadamente. Pues bien, ese recorrido ahora se pretende cambiar por uno de casi ¡cuatro kilometros! para -¡oh sabiduría!- llegar al mismo punto. ¿Qué se puede argumentar? Reglamentos municipales, exceso de autobuses, tráfico desquiciante. No lo sé, que alguien por favor me ayude a entenderlo. Aunque para no caer en la insanidad mental es preferible encontrar respuestas y deleitarnos de ¿convivir? con las “autoridades” y darles una salida digna: Sólo en México.

martes, 14 de agosto de 2007

Un bocado de Les Luthiers

Argentina tiene varios orgullos nacionales. Sin duda uno de ellos es Les Luthiers.

“Se puede reír con la música y no de la música. Se puede hacer reír con inteligencia, con elegancia, con sutileza, sin por ello ser necesariamente artistas para unos pocos…”, comenta un fan español que incluso tiene una web dedicada a Les Luthiers(*)

Aquí un monólogo in You Tube.


Elvis Presley ha muerto


¿Elvis Presley, Rey del Rock? En la historia de la humanidad el rey lo era en vida y ante su muerte el heredero tomaba su lugar. No sucedió así con el una vez camionero de Memphis, quien ante su muerte extendió su título –de manera injusta-. Porque fueron las circunstancias de la época cincuentera y de post-guerra que permitieron a un don nadie apropiarse de lo que otros ya habían comenzado, pero que su color de piel les impedía sobresalir en un país groseramente discriminatorio.

La maquinaria mediática se ha encargado de encumbrar la imagen de Elvis Presley más allá de algunos indudables merecimientos. El motivo de ello es, como siempre, las carretadas de dinero que todavía sigue produciendo el muerto. Aspecto este último que no dejará de ser productivo hasta dentro de unos diez o quince años más; cuestión de una natural desaparición física de una generación que auténticamente fue contemporánea del cantante.

En todo caso para lo que sirve el ejemplo Elvis es para mostrar el caminito de cómo crear mitos y repetirlos sin consideración –y aquí es necesario incluir a Lennon, Morrison, Cobain y muertos anexos que se quieran incluir-. Quien se sienta a gusto con ello no puede llevarse a sorpresas cuando el erudito musical tan sólo otorgue a Elvis Presley una interesante voz que se perdió entre canciones bobas y extremadamente cursis. Pero habrá también aquel que, sin despedirse de la mitomanía, ya hace tiempo que tiene entre su discografía a un rey muerto para la historia musical -con su lugar en la misma- sin dejar de reconocer que ya es el tiempo de otros. El Rey no murió hace treinta años, dejó de existir para la música de rock en los primeros años de una década sesentera que el mismo Elvis Presley no supo comprender.

¿Elvis Presley, Rey del Rock? Por supuesto que no, diremos algunos que no lo vemos de esa manera. Y por supuesto que sí, replicarán los dueños de la industria mediática -hasta que les llegue un muerto más rentable-.

miércoles, 8 de agosto de 2007

Slim, Imperio en Siglo XXI


Foto: www.flickr.com

Algún experto en matemática financiera podrá dar una magna conferencia para explicar el valor del dinero en el tiempo. Otro especialista en economía dictará sus conocimientos para justificar o en su caso denostar la pobreza. Muchos políticos se enquistarán en los cargos públicos argumentando en su discurso siempre defender a los pobres. Intelectuales y sociólogos invertirán su tiempo en investigar el origen de la pobreza y la desigualdad social. ¿Para qué tanto quebradero de cabeza?

Dadle un monopolio a un buen administrador y encontraréis todas las respuestas en un futuro imperfecto. Que la revista Fortune publique que el empresario mexicano Carlos Slim Helú es ya el hombre más rico del mundo no lleva a sorpresa a nadie en el mundo de las finanzas y la economía.

Transferencia de riqueza injusta y desproporcionada, simplemente. Aquí en La Laguna y en todo el territorio Slim no es muy diferente. Cualquier domingo –y cualquier día- una típica familia clase media consciente o inconscientemente transfiere su riqueza, literalmente cada minuto, al Sr. Slim y su descendencia por los siglos de los siglos. A ver: el día coincide con la quincena y la familia decide salir a pasear por el centro comercial Galerías del próspero Torreón de primer mundo. Una familia X de 4 personas acude a Sanborn’s y consume una cuenta de 530 pesos, por ejemplo. En el transcurso del desayuno el papá se comunica por teléfono celular –Telcel, por supuesto- en un par de ocasiones y el costo de las llamadas importa unos 35 pesos. La señora y su hijita toman su camino rumbo a la tienda departamental Sears y con su tarjeta de crédito proporcionada por el mismo comercio compran a crédito ropa y accesorios por un valor de unos 600 pesos. Por su lado el hijo es aficionado a la música y entra a Mix Up junto con su papá; otra vez aparece el poder de la firma y el consumo entre ambos asciende a unos 400 pesos. La preocupación económico-financiera no es un problema para esta familia y deciden todos juntos entrar a la pastelería El Globo y llevar para su casa unos apetecibles pastelillos, faltaba más. La cuenta: 75 pesos. Es quincena y el recibo del teléfono se puede pagar en Sears (hay que aprovechar el tiempo y la oportunidad, piensa el feliz padre de familia) 838 pesos, el chistecito. Desde luego el recibo incluye abono de la compu de los nenes, Internet Prodigy y el exceso de las llamadas de servicio medido: “estos de Telmex, siempre con sus raterías”, piensa el temeroso y precavido usuario para no caer en las garras del Buro de Crédito. En efecto: Time Is Money, pero para un solo sitio.

Del lado depresivo el asunto se puede ver así: el salario mínimo en México tiene tres zonas geográficas. La mayor tiene un salario mínimo de 50 pesos por día –seguro aquí los defensores de las políticas oficiales de empleo dirán que el tal salario es por ocho horas-. En términos de dólares –al tipo de cambio de 11 pesos por uno- representa un ingreso de 19 centavos de dólar por hora. Para quien no haya comprendido el asunto, lo vuelvo a escribir y con mayúscula: 19 CENTAVOS DE DÓLAR POR HORA.

Generalmente los agoreros protectores del poder público y los responsables de esa infamia llamado salario mínimo se apresuran en este punto a declarar a los cuatro vientos que el salario medido de esa forma es sólo un referente pero que nadie está dispuesto a dar su tiempo por ese nivel de ingreso: mentira. La desproporción de ingresos entre los que más tienen y los que menos tienen es abismal. En una nota publicada por El Universal se menciona que “las empresas familiares de Slim ‘representaban en 2006 el 5% del Producto Interior Bruto (PIB) de México, y controla compañías que valen una tercera parte de los 422 mil millones gestionados por la Bolsa mexicana.’…lo cual ‘acrecentó la riqueza personal de Slim a la extraordinaria suma de 10 mil 800 mdd sólo entre abril y junio (de 2007).’

Hundiéndose en la depresión un trabajador de salario mínimo necesita la friolera cantidad de 834 años para tener el ingreso que el buen administrador de Carlos Slim y familia obtienen en una hora (Un millón trescientos ochenta y nueve mil dólares por hora). Sí, sí; ya sé que soy un extremista y comparo a los más pobres con el más rico del mundo. Para acabar con esa comparación voy a presentar una más justa y así salir de la depresión. Un diputado federal tiene un sueldo de 144,466 pesos al mes (sin incluir chapuzas y corruptelas). Otra vez en términos de dólares los afortunados diputados ganan por hora 18.75. Sin más rodeos y para comprobar quién verdaderamente tiene el poder en México, el dichoso diputado necesita poco más de nueve años de productiva grilla para ganar lo que el imperio Slim consigue en una hora. En realidad somos hombres y mujeres de carne y hueso de todos los niveles socioeconómicos los que con trabajo estamos transfiriendo riqueza a unos cuantos. No se necesita ser un erudito para ver lo evidente


sábado, 4 de agosto de 2007

Había una vez un tranvía

En 30 shots editados con disolvencia y siempre en zoom in, me encontré un documental que permite visualizar una Comarca Lagunera de los años veinte y treinta del siglo XX que casi pudo haber quedado en el relato oral. Alejandro Ahumada y Silvia Patricia Castro Zavala presentaron en Junio de este año una exposición fotográfica de 53 imágenes en el Museo Regional de La Laguna (al interior del Bosque Venustiano Carranza) que logra rescatar una parte de la historia del transporte regional. Imágenes fotográficas que sirven de base para la realización de un video histórico-cultural.

En el documental puede observarse algunos planos que incluso exponen edificaciones que todavía existen en la actualidad. Por ejemplo, la fotografía que muestra a los dynamos generadores de la corriente eléctrica que estaban ubicados en una edificación de la calle Independencia de Gómez Palacio así como los estacionamientos de los tranvías –entre Aldama y Bravo- y que hoy son negocios particulares; la toma que deja ver los tranvías frente a la plaza de Gómez y que tiene como fondo al edificio Emporio ubicado en la esquina de Morelos e Independencia. En otro plano es posible ubicar la fachada que presentaba el Templo de Guadalupe también en Gómez –sin su torre central de la actualidad- en la esquina de Hidalgo e Independencia; de esa misma imagen y en la esquina de la acera frente al Templo –por la Avenida Hidalgo- se alcanza a visualizar una popular funeraria de ese tiempo ubicada a un costado de la plaza: “Funeraria Melitón Sifuentes”.

Los tranvías seguían su ruta por la Avenida Independencia hasta la Agustín Castro –en Gómez- para continuar rumbo a Ciudad Lerdo pasando en su trayecto sobre “El Canal de Los Lavin”. Ya en Torreón, el tranvía utilizaba la calle Ramos Arizpe hasta la Iturbide (hoy Presidente Carranza) con rumbo a la calle Falcón en donde se realizaba un cambio que separaba al carro motriz -por medio de un cambio de vía alterna- y con ello se regresaba la máquina al frente de los convoyes para hacer el recorrido de retorno; incluso los asientos de los pasajeros eran invertidos por los trabajadores del servicio para que los pasajeros siempre fueran mirando al frente. También hay fotografías del documental que claramente permiten observar al Hotel Francia en Torreón, edificación que todavía tiene una parte en pie en la esquina de Presidente Carranza y Ramos Arizpe.

Sin demeritar ninguna fotografía, es de resaltar aquella que muestra la caseta de control ubicada en el famoso kilómetro 11-40 (medidos por la vía de ferrocarril) el cual era un crucero de tranvía y “el tren”. En ese mismo kilómetro años después se construyó una carretera a nivel de crucero convirtiéndose en triple; tren-tranvía-autos. Hoy es el paso a desnivel en el Boulevard Miguel Alemán en Gómez Palacio.

Para cruzar el río Nazas estaba el puente para el tranvía. Al día de hoy es posible mirar las bases para ese puente del tranvía que están entre la actual vía de ferrocarril y el tradicional puente para automóviles Torreón-Gómez. Es de llamar la atención que con dirección a Torreón el tranvía bajaba del puente a lo que hoy es la Colonia La Rosita y a un costado del nuevo Parque Fundadores. En una toma del documental la perspectiva de la vía permite mirar en el horizonte al conocido Cañón de Calabazas y el río Nazas. Con el paso del tiempo los tranvías fueron reconvirtiéndose en nuevas empresas de transportación de pasajeros hasta terminar en los actuales Transportes del Nazas (los rojos Torreón-Gómez).

Recomendable los poco más de tres minutos del video-documental que ilustran brévemente una parte de la historia del transporte en la región y nos permite ver algo que sólo habíamos escuchado en pláticas; “el tranvía que hubo una vez en La Laguna.”


jueves, 2 de agosto de 2007

35 W y los blogs



“Los blog no existirían sin los periódicos” cabecea una nota de un portal de Internet (zona 20.es). En contraparte existe un sitio (nowpublic.com) que apuesta en forma contraria a la visión de que los blogs no son generadores de información y contenido e invita al ciudadano a ser partícipe de un nuevo periodismo. Los medios tradicionales parece que no han estudiado a fondo el ejemplo de la industria discográfica. El sistema tradicional de distribuir información insiste en basarse en el viejo esquema de copyright (el medio es el único dueño de todos los derechos).

Ante la tragedia del puente colapsado sobre el río Mississippi en la ciudad de Minneapolis la noticia y sus datos duros son iguales para todos. Tanto para los grandes medios como para las autoridades civiles, los familiares de las víctimas, los servicios médicos y de rescate, para todos, el número determinado y concluyente de muertos y heridos es invariable. Nadie tiene exclusividad de la nota. Sin embargo, las fotos, los videos, los textos, las entrevistas que giran entorno al hecho sí generan derechos de autor conforme a la legislación vigente de todos los países.

La foto de este post demuestra que un nuevo periodismo ha llegado. Con base en la noticia se generó contenido que ningún medio ha publicado; se utilizó el hecho para argumentar una posición con respecto a un tema; se ilustró con una fotografía pública –además con gran calidad y oportunidad- sin incurrir en ninguna trasgresión de los derechos de autor. El cliché de que la imprenta cambió al mundo tiene entonces que reinventarse y readaptarse al flujo de la información y contenidos que provoca la impresionante velocidad de la red. Quien busque argumentos contrarios en realidad defiende un invento del siglo XV, lo cual empieza a ser muy difícil de sostener. No siempre todo tiempo pasado fue mejor.