sábado, 15 de septiembre de 2007

Torreón 100 años


¡Hombre son cien años, se vale!

El Congreso del estado de Coahuila se instaló en sesión solemne en el Teatro Nazas de la ya centenaria ciudad de Torreón. La transmisión por televisión la realizó el grupo Multimedios con aceptable calidad técnica. El despliegue de recursos de la televisora estuvo acorde con la magnitud del evento.

En cuanto a los discursos y las presentaciones oficiales dentro del protocolo hay poco que comentar. Lo destacable son los contrastes entre los diferentes personajes que hicieron uso de la palabra. El Presidente de la Junta de Gobierno, Horacio del Bosque Dávila, cumpliendo su labor oficial con la imagen de un político cuidadoso de las formas. En representación del presidente de la República la secretaria de Educación Pública, Josefina Vázquez Mota, con su ya muy bien estudiada sonrisa mediática y un discurso apropiado, emotivo, donde lo más destacado fue la mención y el reconocimiento de dos activos y reconocidos miembros de la sociedad civil: el padre Manuelito y la madre Lola. En cuanto a la lectura del discurso que ofreció el presidente municipal de Torreón habría que decir que por momentos se sintió lo que se conoce como la pena ajena. Lamentable dicción, lamentable lectura, poco contenido, mínima improvisación y mucho nerviosismo. Hay que recordarle al señor presidente municipal que sólo se cumple 100 años una vez.

El que se va a llevar lo nota –como dicen los periodistas- y el que se ganó la historia, sin duda, es el gobernador de Coahuila el profesor Humberto Moreira Valdés. Discurso políticamente correcto, sobrio, también emotivo y eficaz. Aprovechó la fiesta del momento para anunciar obras de infraestructura relevante en el área de salud y de vialidad para Torreón. Pero donde anotó un golazo a su favor fue cuando se comprometió a aportar recursos fiscales del gobierno del estado –o sea dinero de todos nosotros- para la construcción de un nuevo estadio para una institución privada como el club de fútbol Santos. Mientras el gasto de recursos para cuestiones de entretenimiento y espectáculo de la iniciativa privada sea cada 100 años, se vale. Si el dichoso estadio se hace realidad bien merecido lo tiene la afición, sobretodo la que conoce de ese sol lagunero implacable que casi los convierte en héroes anónimos.


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