miércoles, 7 de mayo de 2008

Señales de humo son historia

Tengo un pequeño negocio y por costumbre me he impuesto la obligación de recibir con un saludo a los clientes cuando entran a la tienda. Naturalmente la mayoría me contesta la cortesía. Muy pocos no responden o lo hacen a su manera con un completo silencio como respuesta; cosa normal y que acepto sin cuestionamientos. Pero hoy me sucedió algo en apariencia fuera de lo estándar. Entró una mujer joven con su celular al oído y supuestamente en conversación por teléfono –su voz era imperceptible-. En primera instancia pensé en no decirle nada, quizá para respetar su plática, pero me sentí incómodo de tener la presencia de alguien que soberanamente te ignora y además tienes la obligación de guardar silencio. Así que decidí hacerle al maloso y con toda la intención de distraerla para observar su reacción le dije con fuerza “buenos días”. Cero, es el número que se me ocurre anotar para describir la actitud en la susodicha. Segundo ataque de mi parte; ¿en qué le puedo servir? Está vez hubo un ligero movimiento de su mano izquierda como marcando un alto repetidamente y su cabeza asintiendo lentamente, pegada al celular, sin verme directamente a los ojos. Luego decidí ignorarla. Ella continuó con el celular pegado a su oreja, sin hablar, y empezó a ver la mercancía de la tienda sin ninguna expresión. Reitero, resolví no tomarla en cuenta. Pasaron unos tres o cuatro minutos y ella caminaba por la tienda viendo sobretodo algunas playeras que tengo en exhibición, nunca le escuché hablar por el celular. Poco a poco se fue acercando a la entrada del negocio y así como llegó se fue, sin decir nada, pero siempre con su teléfono pegado al oído. ¿? Hasta aquí no me hubiera percatado del hecho y lo hubiera considerado como algo extraño, sí, pero sin relevancia. Lo curioso sucedió quince o veinte minutos después; frente a la vitrina de la tienda pasó caminando en forma pausada, de derecha a izquierda, la misma mujer con su imprescindible celular y sin mover los labios, sin el mínimo asomo para dejar ver u oír lo que cualquiera pudiera decir que es hablar por teléfono. Seguramente en algo estoy mal, confieso que no tengo celular. Esto debió ser una señal que estoy lejos de comprender. Mañana sin falta me compro un celular; el loco debo ser yo.

6 comentarios:

goloviarte dijo...

un saludo un buen sintoma de educacion
te invito a participar con tu blog en mi blog directorio http://aquiestatublog.blogspot.com
te conoceran un poco mas
visito a los mejores blog pero si consideras que esto es spam ,te pìdo perdon
deja tu blog en el libro de visitas y si quieres mira algo de publi,eso valora mi trabajo,gracias

Eduardo Rentería dijo...

Galoviarte:

La verdad no entiendo la razón por la que algunos consideran spam tu iniciativa. A mi me parece interesante tu forma de interactuar en esto de los blogs. Luego paso a anotarme en tu propuesta.

Suerte.

Enrique Luco dijo...

EDUARDO:

Escríbeme, nos conocimos en la página relacionada con Castaneda.
Te envié unos regalitos musicales tiempo atrás pero no hubo feedback.
Un abrazo y excelente tu página.

Luco/Chile.

Enrique Luco dijo...

Se me olvidaba comentarte que el link que me propusiste no conecta.
Igual te lo agradezco.

Saludos.

Luco.

Eduardo Rentería dijo...

Enrique, comento en tu blog.

Anónimo dijo...

Ive read this topic for some blogs. But I think this is more informative.