lunes, 2 de junio de 2008

Santos campeón 2008




Con mejor disciplina táctica durante toda la liguilla, incluyendo los dos partidos de la final, Santos fue superior para marcar los tiempos con jugadas claves. Puede afirmarse que el duelo entre el uruguayo Sergio Markarián, director técnico celeste, y Daniel “el Travieso” Guzmán, de los ahora campeones, fue empate. En lo que corresponde a los jugadores, Cruz Azul mostró ser peligroso para los albiverdes durante los primeros cuarenta y cinco minutos en su estadio, nada más. Después los Guerreros del Santos fueron dueños de la situación tanto en dominio como en contundencia ofensiva. Aunque en términos generales los Cementeros jugaron bien, ello nunca sería suficiente para ganar a los Guerreros. A los Celestes les costaba trabajo hilvanar las llegadas al arco contrario, los laguneros, con notables individualidades, marcaron la diferencia para el campeonato. Tres goles; con la fuerza y decisión en Fernando Arce, habilidad gambetera en Christian Benítez y depurada técnica de Daniel Ludueña por el equipo de Santos, marcan el contraste con la constante imprecisión en los pases de César Villaluz, la falta de contundencia en los tímidos ataques azules (Christian Rivero apenas raspando un balón frente a la portería, Gerardo Lugo caído con pierna derecha tiro directo al cuerpo de Oswaldo Sánchez, Nicolás Vigneri de frente al arco y abanicando, perdiendo la figura –además reclamando un penalty inexistente-, son momentos que ejemplifican parte del resultado).

El empate en el estadio Corona no refleja la diferencia entre los dos equipos. La supremacía de Santos siempre estuvo en convertir en hechos la vieja frase de que el táctico es el gol. Cuando ayer se daba un aparente dominio de Cruz Azul en los primeros minutos y se vislumbraba la posibilidad del empate global, el equipo local hizo valer su peso con la calidad individual de Ludueña. Este argentino sólo necesito una jugada magistral para marcar el rumbo de la final. Después el objetivo de Santos Laguna simplemente fue dejar pasar el tiempo, con el consentimiento de sus rivales. Cruz Azul, aunque tuvo un ligero dominio en los primeros tres cuartos de la cancha nunca mostró peligro real sobre el arco de Oswaldo Sánchez. El empate a uno en el minuto 82 del segundo tiempo más debe verse como el gol de la honrilla para Cruz Azul y dejar un marcador decoroso en el libro de la historia, porque en realidad nunca puso en entredicho el campeonato de los de La Comarca. Dejando la pasión a un lado no hay duda que Cruz Azul se perfila como un buen equipo para los próximos torneos y que el hecho de llegar a la final con una gran cantidad de jóvenes debe ser visto con orgullo y valorar el subcampeonato como el punto de partida para la máxima meta del campeonato; aunque tendría que revalorar la importancia de uno o dos jugadores de mayor peso individual. En cuanto a Santos, hoy por hoy nadie puede cuestionar que son los mejores y desde ahora el equipo a vencer.




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