martes, 30 de septiembre de 2008

Para comprender la Crisis Financiera


Martha Colmenares escribe en su sitio un artículo muy apropiado para entender de manera sencilla el complejo entramado de la crisis hipotecaria y financiera que más temprano que tarde todos vamos a resentir. Dejo aquí una parte del texto y la referencia del mismo. Vale la pena leerlo completo.

Antes de entrar en detalles, me gustaría explicar qué son los CDOs, que por cierto, es todo un reto, de esta manera, espero que Uds. puedan comprender por qué estos instrumentos financieros son tan complicados que nadie es capaz de evaluarlos correctamente, por lo que tienen trancado el sistema financiero.

.-Un ejemplo práctico

Imagínese que usted tiene un banco y viene una familia para pedirle un préstamo para comprar una casa. Entonces, si usted es responsable, va a revisar minuciosamente si la familia en verdad puede pagar el préstamo, de no ser así, en determinado punto esa familia tendrá problemas para continuar pagando y Ud. tendría que hacerse cargo de la casa, encargarse de los trámites para venderla, y demás, es decir, probablemente saldría perdiendo bastante. Por eso los bancos son muy prudentes.

El problema de ser prudente es que entonces no se puede aprovechar el auge de crédito, y ya les cuento como el sistema financiero se las arregló para no tener que ser prudente, pero primero, hay que ver una cosa: Si el “Banco Colmenares” le (dio) un préstamo a la familia “Pérez”, el “Banco Colmenares” tiene la promesa* de la familia Pérez de hacer los pagos de las cuotas. Resulta que esa promesa tiene valor en el mercado financiero.

Es lo que los Bancos usan para prestar el dinero una y otra vez: Si prestan un millón de dólares, eso involucra un conjunto de “Obligaciones de Deuda” que les permite prestar otro millón de dólares, que a su vez va a involucrar mas papeles que sirven para lo mismo. Por eso es que los bancos, a nivel mundial, pueden prestar veinte o más veces todo el dinero que tienen en depósitos, es decir, por cada millón en depósitos pueden hacer préstamos por 20 millones o más. Ahora, mientras más veces presta Ud. el mismo dinero, más vulnerable queda a que haya problemas, hasta el punto en que las instituciones encargadas de supervisar los bancos ya no le van a dejar re-ciclar el mismo dinero más veces.

Ahora, si Ud. viene con un invento, con un nuevo instrumento financiero que le permite convencer a los entes reguladores que Ud. está en capacidad de continuar reciclando su dinero, probablemente lo van a dejar hacerlo, especialmente si el gobierno de turno quiere disminuir los controles y la supervisión.

La raíz de esta crisis financiera es que los bancos, para poder prestar el mismo dinero más y más veces, comenzaron a “empaquetar” las obligaciones de deuda en papeles para venderlos en los mercados financieros. De esa manera, borraron los detalles de las deudas que ellos representan, convirtiendo préstamos hipotecarios con términos muy específicos en paquetes de muchísimos préstamos sin características individuales sino estadísticas.

Estos son los CDOs: Obligaciones de Deuda (las promesas de muchas familias como la “Perez” de pagar las cuotas) que están respaldadas por bienes como la casa que los Perez compraron (he allí el “colateral”). La “magia” fue que en un principio, y hasta hace muy poco, las agencias calificadoras de riesgo le otorgaron a los “paquetes” (a los CDOs) calificaciones de riesgo mejores que los préstamos individuales, la razón es su naturaleza estadística, las estadísticas tendrían que empeorar mucho para que los CDOs se vieran como instrumentos riesgosos.

Estos CDOs son un Frankenstein, porque igual que Frankenstein tenía órganos de diferentes personas, los CDOs son paquetes que tienen deudas de varios créditos.


...Leer completo en www.marthacolmenares.com
*Las negritas son mías.

viernes, 26 de septiembre de 2008

Crisis financiera y Dios Mercado



En Estados Unidos el Dios Mercado dice adiós al mercado. Le dice al Estado; préstame. Y encima lo dice arrogantemente; si no me das lo que quiero (por el momento el apetito marca una cifra descomunal; setecientos mil millones de dólares) te derrumbo tu ficticia economía real. No te preocupes; Yo Mercado regularé esta crisis. Cuando Yo Mercado señale; “es tiempo de comprar barato”, la fiesta retornará.

"Yo te digo; en el camino a la recuperación habrá heridos y muertos, pero será indispensable. Así es la vida, dura y cruel. No importa la salud, la vivienda, educación y bienestar general de la población; toda ella tendrá que pagar el convite de mis adoradores. Soy el Dios Mercado y la gente no podrá contra mis designios; la avaricia y la deshumanización son mi fuerza. Yo Dios Mercado seguiré controlando la riqueza generada por todos. El beneficio será exclusivo de mis protegidos, de mis idólatras; si no me aman, se hunden conmigo, ellos lo saben".

"Dispongo Yo Dios Mercado que mis emisarios hagan lo que sea necesario para continuar el jolgorio. Les ordeno incautar la riqueza acumulada (los impuestos), con la advertencia de que si no se me acata la destrucción alcanzará a todos. Yo Mercado te exonero de tus dudas: Ríndete. Si no fuera así, tus privilegios; tu casa, tu trabajo, tu crédito, tus vacaciones, tus lujos…desaparecerán. Mira a tu alrededor; México, Centroamérica, o un poco más lejos: África, por ejemplo. ¿Quieres eso? Pues entonces calla y otorga el dinero necesario para el sacrificio".

"Deja de lamentarte y compórtate como Yo lo espero. Despréndete de tus sentimentalismos estorbosos; el dinero del Estado (el de los contribuyentes) es para continuar con lo mismo. ¿Quién necesita regular los límites del despilfarro? Yo Mercado soy inexpugnable; nadie escapa a mis caprichos".

Y esa será la historia en el país del in god we trust. Acá en México además estaremos orgullosos porque pusimos el ejemplo para la obediencia ciega (remember Fobaproa). Y mientras nuestros vecinos padecen esa grave crisis, en México nuestros funcionarios se defienden con argumentos tan sólidos e incuestionables como “nuestros mercados están saludables”.

Foto: wikipedia

martes, 23 de septiembre de 2008

23 de Septiembre 1968


La Universidad y sus estudiantes, pudiera decirse, rindieron la plaza sin oponer resistencia. El mismo general Marcelino García Barragán, secretario de la Defensa Nacional en 1968, así lo reconoció en el boletín oficial de la operación; “El ejército actuó en la Universidad de acuerdo con la razones expuestas por la Secretaría de Gobernación; no hubo incidentes desagradables, los estudiantes se entregaron sin oponer resistencia…La actitud manifestada por los elementos que se encontraban en la Ciudad Universitaria al no haber opuesto resistencia ni haber hecho manifestaciones de descontento, facilitó la operación.” Pero en el Politécnico la situación fue totalmente distinta.

En la última semana de septiembre se intensificaron los enfrentamientos en diferentes escuelas, principalmente del Politécnico; la Vocacional 7 en Tlatelolco, la Unidad Profesional de Zacatenco y el Casco de Santo Tomás. Una vez concluido el tiempo festivo de las manifestaciones, los estudiantes más combativos, manipulados o no, tomaron parte en acciones de franca rebeldía para responder a la violencia del aparato estatal. La mayoría de esos estudiantes tenían su origen en alguna escuela del Politécnico; y ellos sin duda fueron los más valientes, aunque también temerarios. Desde hoy es injusto criticar esa vertiente del movimiento aludiendo simplemente a su falta de visión por alcanzar el poder vía electoral, es decir; formar un partido político. Los estudiantes de ese año se toparon con una muralla. Sus demandas eran de corte democrático y sin embargo se les fue acorralando hasta dejarlos con pocas salidas. Es verdad: los dos actores, movimiento estudiantil y gobierno, jugaron al todo o nada. Pero así fue la circunstancia histórica y ello debe llevarnos a una reflexión; los cambios democráticos en México posteriores a ese año se han ido dando a cuenta gotas y hay responsabilidad por ello, tanto en los estudiantes que decidieron radicalizar la lucha como por el conveniente exceso de miopía que mostró el aparato de Estado. Aunque un legado indiscutible de los estudiantes fue abrir el sistema electoral para corrientes ideológicas diferentes a la oficial de la Revolución Mexicana de 1910, y monopolizada por el PRI, en realidad la transición democrática ha sido una transición cansada.

Los jóvenes de hoy tendrán derecho a reclamar por la herencia de sus viejos. Igualmente aquellos jóvenes del 68 también reclamaban a sus contemporáneos mayores. Los viejos de ahora dirán en su defensa que eso es injusto, para entrar así en una espiral perversa que termine por reconocer lo importante de los preceptos morales, éticos, políticos, sociales, culturales, de los adultos instalados en el poder durante cualquier tiempo presente. Y más que una vuelta a lo mismo, sería replantear el que nadie tiene derecho a reclamar en su nombre lo que corresponde a otros en el futuro. Debemos mirar a los jóvenes del 68 luchando por su presente y dejando una enseñanza que bien puede ser aprovechada por los de ahora; intentar ser críticos y seguir subvirtiendo el orden impuesto por los viejos de ahora. O dicho en palabras más llanas: las libertades democráticas siguen siendo un tema no resuelto a cabalidad en nuestra presente. Y para un acicate mayor; no sólo la transición está cansada, ahora también está interrumpida.


Las palabras para describir a los estudiantes politécnicos entre el 23 y 24 septiembre, aunque a muchos les cale, serían las de “defensores desesperados”. Es destacable que con pocos recursos materiales (armas caseras, bombas molotov, piedras, pistolas de bajos calibres) los estudiantes le hicieran frente a la policía capitalina y sus granaderos hasta entrada la madrugada del 24 de septiembre, cuando el ejército entró al quite. A pesar de la enorme diferencia entre defensores de escuelas politécnicas y ofensiva de fuerza pública, el mérito de mantener a raya durante varias horas a militares y policías le da al hecho su lugar en la cronología de ese año en la capital del país; fue una auténtica batalla. Batalla injustamente olvidada para el recuento de la historia del movimiento.

Un movimiento que pretende ser confiscado por la “política correcta”. Porque para un justo análisis habrá que apuntar la existencia de jóvenes verdaderamente convencidos de que su acción provocaría la ira, la rabia, la revuelta popular; así pensaban esos protagonistas en aquel 23 de septiembre. Fueron los estudiantes más representativos del desafío al sistema. Y como movimiento con diferentes corrientes e ideologías no es posible dejar de lado una de sus principales expresiones; los que pensaban que en la lucha de clases el levantamiento contra el poder establecido (sedición para términos jurídicos) era un camino más corto y en consecuencia inevitable. La acción, para estos estudiantes, era de mucho mayor importancia que el famoso diálogo público buscado por otras posiciones. Al movimiento estudiantil no es posible tan sólo mirarlo como aquel romántico contestatario; el de marchas, mítines y brigadas; también habrá que darle su lugar preponderante al de una línea abiertamente revolucionaria. Lo que sucedió entre la noche del 23 de septiembre y hacia la madrugada del 24, principalmente en el Casco de Santo Tomás, es un ejemplo irrefutable para entender y reconocer a esa parte de los actores del movimiento. Para el caso, hay un ejemplo contrastante y simbólico visto a través del paso del tiempo; el 23 de septiembre por la mañana, la lucha democrática expresada en la declaración del rector de la UNAM, el ingeniero Javier Barros Sierra, se hace patente cuando presenta su renuncia al cargo como consecuencia de una presión vía política contra el movimiento representado e impulsado por intelectuales, profesores, estudiantes universitarios en su mayoría; los reformistas, podría resumirse. Y por la noche de ese mismo día la lucha, aunque desigual, pero al fin lucha armada. En un extremo los estudiantes al norte de la ciudad en franca rebeldía. En otro extremo los estudiantes del sur universitario; debatiendo la legalidad o no de la violación a la Autonomía. Los dos igual de importantes, pero separados geográfica e ideológicamente.

Aquel notable contraste todavía es posible apreciarlo. Unos, haciendo mofa de los estudiantes vencidos en CU quienes simplemente contestaron con la V de la victoria cuando el ejército los detuvo. Hasta el secretario de la Defensa involuntariamente los premió con su declaración; “…al no haber opuesto resistencia ni haber hecho manifestaciones de descontento, (se) facilitó la operación.” Y luego los otros que cuando se refieren a la importancia de ese año para México, la defensa del Casco de Santo Tomás es casi por completo ignorada. El 68 fue, sí, imaginación en formas organizativas para expresar rebelión contra lo establecido, y también la puesta en práctica de teorías revolucionarias que los actores de ese momento consideraban oportunas. Contradicciones abismales entre unos y otros, aún declarándose ambos de izquierda. Nada que no siga siendo conocido.






Foto 1 y 3: El Universal.
Foto 2: La Jornada.

sábado, 20 de septiembre de 2008

Richard Wright: Us and Them


Él nunca se imaginó cuántas veces a ellos nosotros los escuchamos. Y seguiré sumando sin importarme la cifra final. Tantas veces pueda regresaré con ellos, como uno más de nosotros.





Foto: Richard Wright (izquierda) con Syd Barret en la formación original de Pink Floyd.

jueves, 18 de septiembre de 2008

18 de Septiembre 1968


En parte de un comunicado de prensa expedido por la secretaría de Gobernación el 18 de septiembre de 1968 a la 22:30 horas se justificaba el proceder para ocupar militarmente Ciudad Universitaria: “Corresponde al gobierno federal, imponer ‘…el orden jurídico general, que incluye el orden interno universitario…’” Con el uso de la fuerza pública se desalojó entonces CU.

El objetivo militar se cumplió a medias. La toma de la Universidad era quitarle un foco de reunión a estudiantes que desde el principio del movimiento no habían dejado de utilizar las instalaciones físicas de facultades y escuelas para realizar mítines, asambleas, coordinar brigadas, repartir propaganda, organizar eventos culturales y en general disponer de recursos materiales para darle continuidad operativa al engranaje que desde fuera era visto de una sola forma: un lugar de entrenamiento para guerrilleros. Se cumplió a medias porque el descabezamiento de sus principales líderes no fue posible lograrlo ese día. Hay decenas de anécdotas publicadas en voz de algunos destacados líderes contando su experiencia que les permitió evadir la acción del ejército y por alguna circunstancia particular no coincidir con ese operativo militar de la toma de Ciudad Universitaria.

Como primera aproximación para tratar de comprender la ocupación militar de la Universidad, Sergio Zermeño en su libro Mexico: Una democracia Utópica, cuestiona acertadamente la lógica gubernamental de aquellos días. Hay que recordar que para esa fecha (18 de septiembre), y siguiendo el razonamiento de Zermeño, la unidad al interior del movimiento se estaba volviendo muy endeble como consecuencia del distanciamiento entre tres sectores: el profesionista o reformista de izquierda, el politizado de izquierda (Partido Comunista Mexicano) y el radical joven. Anota Sergio Zermeño: “Pero la manifestación silenciosa y los actos del 15 de septiembre sólo lograron ocultar un poco el estado de estancamiento que apuntaba ya, de alguna manera, a la desarticulación, cuando ya comenzaban a agotarse los medios de movilizar a la base estudiantil y la presencia activa de ésta disminuía sensiblemente, tocaría al adversario, una vez más, la torpe e incomprensible iniciativa de abrir un nuevo ciclo en la dinámica de la acción y del conflicto…¿Qué llevó al gobierno a tomar militarmente la Universidad la noche del 18 de septiembre con la prepotencia que evidencian los 10 mil soldados que efectuaron la operación? Sobre todo si tiene en cuenta que atacar la autonomía universitaria significaba tocar uno de los valores más inflamables del sector profesionista; significaba promover la acción y robustecer gratuitamente la alianza del actor movilizado en un momento en que movilización y alianza se encontraban en su punto más bajo. Todo para que el secretario de Gobernación declarara a la mañana siguiente: ‘La fuerza pública saldrá de la Ciudad Universitaria y ésta será entregada a las autoridades universitarias inmediatamente que éstas lo soliciten.’”


La experiencia del error cometido por el gobierno en 68 fue bien aprendida para posteriores conflictos universitarios. En la prolongada huelga que comenzó el 20 de abril de 1999 se utilizó a la Policía Federal Preventiva (en realidad militares, sencillamente uniformados de otra manera) hasta el 6 de febrero del 2000; casi un año para la toma de Ciudad Universitaria, es decir, se dejó que los estudiantes fueran generando sus propias divisiones al grado de aislar a unos cuantos en las posiciones radicales y utilizar la fuerza contra ellos cuando el apoyo social se les había retirado de una manera significativa. No así en 1968; un importante apoyo popular todavía tenía el movimiento al momento de la intervención de los militares en la Universiidad.

La toma de CU en 1968 desde luego también tenía presiones externas por demás obvias. Algunos miembros del Comité Olímpico Internacional tenían contemplado como un escenario suspender los juegos de octubre aduciendo, principalmente, razones de falta de garantías para visitantes y competidores. El más importante escenario olímpico, el estadio en ciudad universitaria, destinado para la inauguración de los juegos así como el desarrollo de las competencias de atletismo, estaba dentro del campo de acción de los estudiantes. Y aunque el compromiso del presidente Gustavo Díaz Ordaz nunca fue puesto en duda por la alta jerarquía del COI, la incertidumbre entre ciertos miembros de ese organismo en conjunto con las especulaciones de la prensa internacional fueron puntos no menores que el gobierno debió pulsar en la orden para tomar las instalaciones de la Universidad , sin olvidar, por supuesto, el carácter ineludible del autoritarismo intimidatorio del poder en lo general y lo particular del estilo del presidente.

La demostración de fuerza pública con militares al frente ya estaba previamente respaldada desde varios días antes con represión selectiva a líderes y simpatizantes en un ambiente de clandestinaje y con el uso de elementos paramilitares. La orden para detener a varios personajes claves y aplicarles “todo el peso de la ley” estaba también en marcha. La agresión directa a diferentes planteles del Poli y la UNAM están documentados y sirven para entender la lógica en el proceder del mecanismo directo de la represión y su fin (tanto para ese año como para nuestra historia en general); transmitir miedo e incertidumbre entre estudiantes y población en general. Quien nunca ha recibido el efecto real de una presión a través de violencia física o psicológica es muy común que interprete cómodamente esa situación desvalorando y menospreciando el asunto al grado de negar, o los hechos, o los testimonios de los afectados. El papel que jugaron en ese sentido la mayoría de medios impresos y electrónicos fue acorde con la estrategia gubernamental, ya fuera negando o minimizando la represión.

En la coyuntura actual de la campaña militar contra el narcotráfico, para entender la desproporción de la movilización militar en la toma de CU, en una ciudad como Ciudad Juárez, Chihuahua, donde la ola criminal y de ejecuciones es francamente alarmante, el dispositivo implementado en número de efectivos reconocidos por la Secretaría de la Defensa es de un total de 2 mil 500 efectivos. En 68, contra estudiantes, se utilizó una fuerza de 10 mil efectivos. ¿Alguien puede dudar que su comandante en jefe había perdido las proporciones del uso legítimo de la fuerza?



Fotos: El Universal

martes, 16 de septiembre de 2008

Morelia


Ayer otra vez cumplí como padre responsable. Dafne, mi hija, nos pidió llevarla a la ceremonia del Grito en Gómez Palacio. Llegamos casi a la hora en que Ricardo Rebollo (alcalde de la ciudad) le dio trámite al festejo. El rito se cumplió como en cualquier lugar del país; El Grito de Independencia, los campanazos, el Himno Nacional y lo que Dafne esperaba con entusiasmo: los juegos pirotécnicos. Durante ese tiempo cargué a la niña para que pudiera apreciar mejor una pantalla instalada con ese fin. Cuando hubo que gritar los tradicionales vivas a México, la niña lo hizo con toda su energía. Después las luces multicolores en el cielo y lo mejor de la noche; en un momento Dafne se emocionó tanto que me abrazó para demostrar su alegría y además me regaló un beso en la mejilla…Cualquiera que sea papá presumido sabrá comprenderme. Y así me fui a dormir.

Hoy (dentro de la rutina diaria uso el televisor como reloj) me desperté con un opuesto a mi experiencia de la noche anterior. Seis quince de la mañana: quedo sorprendido. Unas granadas explotaron entre la multitud asistente al Grito de Independencia en Morelia, Michoacán. Tres muertos primero, luego siete muertos confirmados oficialmente, más de cien heridos en la reunión tradicional del 15 de Septiembre con mexicanos iguales a lo que celebramos en Gómez Palacio o cualquier lugar del país. Un acto terrorista. Carajo, ¿hasta dónde una sarta de desquiciados mentales están dispuestos a llegar? ¿Qué pasa por su mente? Por ahora no me interesa encontrar “explicaciones” psicológicas o políticas a lo retorcido en esas mentes de verdaderos salvajes capaces de ordenar y operar cualquier acto terrorista. El miedo que pretenden imponer, cuando menos desde mi posición personal, me niego a aceptarlo como parte de una percepción que por desgracia empieza a crecer. Yo no lo acepto. Tanta veces sea necesario seguiré dándole prioridad a la inocencia de Dafne y millones de niños y niñas iguales a ella que estarán siempre muy por encima de unos pocos retrasados mentales llenos de ambición y aspiraciones de poder. Desde este blog le expreso mi solidaridad a todos los familiares y amigos de las víctimas que por desgracia perdieron la vida, así como un pronto restablecimiento para todos los heridos. Todos somos mucho más que unos cuantos perturbados.

lunes, 15 de septiembre de 2008

15 de Septiembre 1968


La ceremonia del Grito hace cuarenta años en la capital del país. Recuerdo esta fecha del 68. Recuerdo ir caminando de noche por la Alameda Central, seguir por Avenida Madero hasta llegar a un retén de granaderos como media cuadra antes de entrar al Zócalo. Íbamos mi hermano Polo (q.e.p.d.), mi mamá y mi papá. Había una revisión casi exclusiva para hombres. A mi papá no lo inspeccionó nadie. Estoy seguro que, aún con lo tenso de la situación entre estudiantes y autoridades, una familia como la nuestra no inspiraba desconfianza para los uniformados. Por cierto, la lluvia también es parte de mi memoria de esa noche.

En algún momento escuché a mi mamá comentarle a mi papá algo que yo ignoraba qué importancia podía tener: “dicen que en la Universidad hay más gente y también van a dar el Grito allá.” Poco después alguien comentó una cosa parecida; “hay más gente allá”.

“Allá”, en realidad fue Ciudad Universitaria (UNAM), tres lugares del Instituto Politécnico Nacional; la Unidad Profesional de Zacatenco, el Casco de Santo Tomás y la Vocacional 7 en la Plaza de la Tres Culturas en Tlatelolco. Efectivamente, el tradicional Grito ese año convocó más cantidad de gente en la celebración estudiantil que en la ceremonia oficial en la Plaza de la Constitución. Ese 15 de septiembre el movimiento tuvo un oasis para la fiesta.

Foto: Cantautor Oscar Chávez en CU 15-sept-68 (El Universal).

sábado, 13 de septiembre de 2008

13 de Septiembre 1968


¿Cómo le decimos a la gente que no somos vándalos? ¿Cómo responder contra la violencia? ¿Cómo argumentamos la fuerza legítima del movimiento?

Con la V de venceremos, con un silencio responsable y contestatario, con una respuesta ingeniosamente construida contra la vociferante ofensiva oficial. En una palabra: Silencio. A marchar el 13 de Septiembre de 1968 en silencio era la consigna. Y así fue

No puede desprenderse del romanticismo aquella fecha de septiembre del 68. Es un último esfuerzo organizado para contrarestar a un adversario poderoso e inconmovible. El movimiento, aunque creativo en la táctica, en la práctica revelaba aquel 13 de septiembre una condición de posición defensiva. Varios líderes en sus deliberaciones de asamblea así lo declaraban. Por ello, algunos proponían que la marcha se efectuara en barrios populares y obreros. La mayoría decidió no hacer caso de esas voces y se repitió el mismo trayecto; Museo Nacional de Antropología (en el bosque de Chapultepec) como punto de partida para concluir en la Plaza de la Constitución (Zócalo).

A pesar de que el 12 de septiembre “…durante todo el día helicópteros sobrevolaron la ciudad y dejaban caer volantes firmados por supuestas ‘Uniones y Sociedades de Padres de Familia de la UNAM y del IPN’, en los que se recomienda que éstos impidan que sus hijos participen en la manifestación silenciosa porque serán enfrentados con el ejército…”*. A pesar de eso y otros desafíos, los estudiantes no se dejaron intimidar.


El movimiento se había reinventado varias veces; tomar el Zócalo, tomar las calles, plantear demandas concretas, crear alianzas con algunos sectores populares, distribuir por la ciudad a las brigadas estudiantiles, innovar mecanismos de información, formar una dirección única, pedir el diálogo público. Se podrá criticar errores, pero nunca su falta de acción y creatividad. Creatividad que se hizo presente el 13 de septiembre.

Desde cuarenta años atrás aquella protesta nos sigue enviando la misma señal. Cómo pueden los intelectuales complacientes del gobierno en turno presentarse en programas de televisión y en media hora (con intervenciones ridículas de tres o cuatro minutos, después de descontar el tiempo de los rigurosos comerciales) marcar distancia con aquella protesta simplemente asegurando que México hoy es otro; “La naturaleza de la revuelta que conmovió al país durante dos meses y medio se revela en la reiteración de un afán que, intermitentemente, ventila nuestra historia moderna –el afán de desmantelar las bases rigurosas del régimen autoritario, la impunidad del Estado, la arbitrariedad del sistema jurídico y policiaco, la inmunidad de la burocracia política, la opinión pública reducida al monólogo de quienes gobiernan, la política convertida en monopolio de clanes y grupos de presión, el discurso cifrado en códigos para quienes mandan, la patética ética del sistema.”, escribe acertadamente Ilán Semoº para contrastar dos épocas en apariencia distintas. Todavía, agrego yo, además, hay que agradecerles a los dueños del poder por no ejercer el tan cacareado uso del monopolio del Estado para el uso de la fuerza legítima (que siempre que lo aplican lo hacen tragedia).

La diferencia entre aquellos estudiantes y nuestro tiempo es tan simple como una realidad humana; aquellos hoy están viejos o muertos y nosotros vamos para lo mismo, pero una democracia real sigue siendo una utopía; sigue siendo tarea pendiente de esta generación y las próximas por venir. “Hay que ver para adelante”, dicen los pragmáticos. Pues en respuesta otros más pragmáticos no resisten y toman su futuro por delante con la alternativa de migrar; algunos millones, por cierto. Decisión de migrar con la cultura del esfuerzo individual. Y los directos responsables de esa enorme migración nunca pagan las consecuencias a pesar de empecinarse en sostener fallidas políticas económicas. “Nadie pone en duda los cambios políticos ocurridos desde entonces”, opina Soledad Loezaª (curiosa forma de tributar a los estudiantes del 68, pero cerrar la vista ante lo incuestionable; México metido más en una involución que en una evolución política). Pero aquellos estudiantes buscaron el enfrentamiento con propuestas coherentes, otros decidieron la vía violenta, otros se amoldaron (y amolaron). En cualquier caso lo mismo; porque hoy somos todos políticamente correctos y la palabra Revolución no es parte del lenguaje moderno. Hoy lo moderno es aceptar que el sistema económico y político es inmutable y no tenemos salida. Donde palabras como autoritarismo, corrupción, impunidad, arbitrariedad, inmunidad, monólogo, monopolio, son cosas que aquellos revoltosos inventaban para acabar con México y sus instituciones. ¿Cuál México hemos aceptado todos hoy? Porque aquel 13 de septiembre aquellos estudiantes no lo aceptaban como estaba. Aunque, ciertamente, aquel día salieron a la calle en forma defensiva ante la implacable ofensiva del régimen autoritario y sus aliados (Iglesia, medios, grandes empresarios), su recurso contra todos ellos fue un poderoso silencio que le hizo un insoportable ruido a ese semidiós de entonces; Gustavo Díaz Ordaz.



*Ramón Ramírez, El movimiento estudiantil de México, Tomo I, pág. 311
ºIlán Semo, La transición interrumpida, pág. 9
ªSoledad Loeza, La transición interrumpida, pág 16
Foto 1: Wikipedia
Foto 2: Proceso, tomada de politecnicos68.blogspot
Foto 3: Archivo Gráfico El Nacional Fondo: Temático. Sobre 337 G. INEHRM, tomada de latrobe.edu

viernes, 12 de septiembre de 2008

Dafne y su regreso al futuro

Ayer llevamos a mi hija Dafne al suceso del momento (ella tiene 8 años). Se la pasó emocionada arrojando piedras al río. Cuando llegó el tiempo de irnos recibí un fuerte regaño de parte de una niña molesta porque le quitan una diversión. Su reclamo fue airado, me dijo con mucho orgullo: “¡papá, tengo 17 años esperando el agua en el río!”

jueves, 11 de septiembre de 2008

Río Nazas, buena nueva


Buena noticia, para ponerse contentos: Nos visita por primera vez en el Siglo XXI el caudal del Río Nazas en la zona metropolitana de La Laguna. El lecho seco dejará de serlo por varios días. La Comarca Lagunera le hace entender al mundo el porqué su nombre regional. En su cauce final, el río terminará formando su natural laguna: La Laguna de Mayrán.

El paisaje de las tres ciudades será otro. El agua esconderá esa horrible vista en el lecho seco llena de suciedad y basura. Apreciar durante varios días el espectáculo del poder de la naturaleza será magnífico. Algunos tuvimos la suerte de verlo en el 91. Todavía muchos podrán presumir su fortuna de contar también en sus recuerdos la estampa del Nazas en la impresionante y peligrosa cauda de 1968. Y ahora los niños y muy jóvenes estrenan experiencia, contando además con la tranquilidad de saber que los volúmenes de agua no son para preocupar. Todos nos haremos contemporáneos al hecho y reforzaremos la convicción por saber y entender una parte muy importante de nuestra identidad. Hay quien le imprime, por cierto, un gran valor cultural a esa identidad y cuando se refiere al río le da respetuosamente la jerarquía de Padre; el Padre Nazas.

Júbilo, fiesta, orgullo, lo menos que podremos presumir y demostrar todos durante la convivencia natural entre humanos y agua de río. Un pequeño botón de muestra por ese júbilo es la peligrosa introducción al cause del río que algunas personas deciden, contraviniendo las recomendaciones oficiales; la temeridad supera al buen juicio, pero habrá que entenderlo. Bañarse en el río será para muchos una experiencia aún más inolvidable. Aunque el caudal se vuelva a contener río arriba en nombre de la modernidad y la productividad, el orgullo lagunero se apropiará en su memoria y su pensar la convivencia y la conveniencia de reclamar el retorno natural del Nazas más allá de los dictados de unos cuantos negociantes del líquido hecho dinero.

Por lo pronto, qué bien poder mirar a la naturaleza haciendo lo que por millones de años ha hecho. Por un tiempo indefinido, seguiremos en la terquedad de retar la paciencia inmutable del río. Tercos, porque no todo debería sustentarse en razones puramente económicas. Las propuestas de especialistas en el tema son varias y no deben seguir siendo ignoradas. Convivir con la naturaleza es una necesidad de primer orden. Y más cuando somos testigos de esa bella imagen que nos regala nuestro Río Nazas, que con certeza no será su última avenida; con o sin nosotros.




Foto 1: isc jorge garcía
Foto 2: El Siglo de Torreón

miércoles, 10 de septiembre de 2008

Policías mexicanas; la burra no era arisca


La policía de Torreón, por ahora, se hace noticia en televisión nacional. Son, como siempre, breves notas en algunos 40 ó 50 segundos; “policías de Torreón detenidos por supuestos nexos con el narcotráfico”. Suficiente para todo y suficiente para nada. Suficiente para evidenciar lo que todo mundo ya sabemos, dicho esto último repetido ya casi hasta el cansancio en cualquier charla de café aún sin contar con todos los elementos para juzgarlo así. Suficiente para juzgar sin pruebas. Suficiente para perder las fronteras entre el bien y el mal. Todos son los buenos o todos son los malos, sin matices.

No dudo en ningún momento que algunos, repito, algunos policías de todo el país (no sé cuáles ni cuántos) están coludidos con el crimen organizado (o cualquier cosa más allá de dos personas dispuestas a delinquir como forma de trabajo). No dudo tampoco que algunas autoridades políticas, también de cualquier parte del país, están cobijando a los “malos” y recibiendo beneficios económicos por ello (entiéndase extorsiones). Es una amarga realidad. Pero pensar que todos, otra vez; todos son parte de lo mismo, es no ser, cuando menos, algo objetivo en la visión del problema.

Lamentablemente, y soy de los que pienso que así es, puede ser una gran mayoría de policías metidos en el problema de la complicidad con el crimen organizado. Sin embargo, la noticia de policías preventivos en la ciudad de Torreón con el presunto ilícito de dar protección a narcotráficantes no deja de molestarme; es una verdad a medias. La otra parte de la verdad, que nadie lo dude, también corresponde a otras policías con niveles de corrupción semejantes. ¿Quién es capaz de meter las manos al fuego por los elementos de la Policía Federal enfrentados a tiros con la municipal de Torreón? La nota vista solo como negocio, sin importar dónde está la verdad. En realidad la mayoría no entendemos con certeza qué está pasando y quiénes son los verdaderos titiriteros de esta farsa. A gran parte de la industria mediática lo que le interesa en primer término es vender, lo cual no me parece negativo, lo que me incomoda es observar la ignorancia en muchos lectores, televidentes o radioescuchas para no identificar la parte sensacionalista; creen en todo lo dicho por los medios. Creer es “tener por cierto algo que el entendimiento no alcanza o que no está comprobado o demostrado.”* Hay, sí, hechos, pero hasta ahí. Hechos lamentables, sin duda, pero de ahí a juzgar en automático es olvidar que le falta al asunto un buen trecho.

Trecho muy dificil para recorrer a los que sean culpables, y que en justicia sean castigados. Pero también hay responsables políticos. Por lo mismo, el presidente municipal (José Ángel Pérez) es responsable y debe asumir esos costos, cuando menos como político, por haber presentado un engaño a sus electores con un ofrecimiento de campaña para darle a Torreón “la mejor policía del norte de México”. Y no por que no sea deseable tal promesa, sino por confundir la creencia con la posible. Peor todavía; saber del fraude y crear falsas expectativas en la gente. Por eso, sus adversarios políticos, otros dispuestos a engañar también con tal de vincularse a la repartición de dineros públicos, no dejarán pasar la oportunidad para hacerle creer a la gente que ellos sí son capaces de todo lo bueno. Por ello, yo por lo menos, estaré pendiente, como lagunero, de la ofensiva política contra la administración panista orquestada desde el gobierno del Estado para aprovechar la coyuntura y desviar el problema hacia su verdadero interés; recuperar Torreón para el PRI.

No soy creyente de ningún partido político. En todo caso tengo el derecho de militar en alguno de ellos y desconfiar de todos (la burra no arisca). Pero entender que en la Policía Federal, en la municipal, la estatal o el mismo Ejército hay elementos honorables y otros coludidos con ilícitos, así como políticos de cualquier partido igual de corruptos o, por el contrario, ajenos a cualquier problema legal es alejarme de las creencias. No todo es verdad ni todo es mentira, todo es según el color del cristal con que se mira.

lunes, 8 de septiembre de 2008

7 de Septiembre 1968


Un 7 de septiembre hace cuarenta años o cuando nadie quiere tomar su responsabilidad argumentando que la ley no se los permite, dejando de lado el “espíritu de la ley” para mañosamente someterlo a lo literalmente escrito. O viceversa; llevar al discurso la importancia de ese mismo espíritu de la leyes para quebrantar lo escrito y beneficiar al particular interés. Cuando, en nombre de la ley, no conviene buscar salidas políticas. Cuando para evitar compromisos se delega irresponsablemente. Cuando se simula para no hacer y se paralizan las acciones. Cuando el único camino que se le deja al gobernado es la desesperación y la frustración. En consecuencia, cualquier semejanza con el presente y su terca realidad le abrirá (y le abrió en 68) espacio a la impunidad, a la injusticia, al autoritarismo, al círculo vicioso…

El 4 de Septiembre de 1968 el Consejo Nacional de Huelga envió una carta a diferentes dependencias oficiales, incluyendo la presidencia de la República, para efectuar un diálogo público y encontrar solución al conflicto estudiantil.* Las respuestas que recibió el Consejo se conocieron para el día 7.

Una breve síntesis de aquellas respuestas de cada dependencia involucrada puede equipararse a la idea de alumnos asistentes a un examen sin conocimientos necesarios y lo peor; reciben respuestas dictadas de un profesor urgido de engañar a sus superiores. En primer lugar, la Secretaría de la Presidencia se quitó la bolita de encima y turnó la carta del CNH a la Secretaría de Gobernación, al Departamento del Distrito Federal, a la Procuraduría General de la República y a la entonces Procuraduría General de Justicia del Distrito y Territorios Federales. Luego, la Secretaría de Gobernación le dio trámite invitando al Consejo Nacional de Huelga (con ese nombre aceptó a su interlocutor), para entablar un diálogo condicionado al intercambio de escritos que, según la propia secretaría, “revisten más seriedad y firmeza que las expuestas oralmente y queda constancia permanente de lo tratado.” En cuanto a “1. La libertad de las personas que ustedes llaman ‘presos políticos’ deberá tratarse con las autoridades judiciales competentes…2. El Poder Ejecutivo también carece de facultades para derogar leyes, como se está solicitando respecto del artículo 145 del Código Penal. Respecto a los puntos 3, 4, 5 y 6 de sus peticiones manifiesto a usted, que no corresponde a la legal competencia de la Secretaría de Gobernación.” Traducido esto al lenguaje llano, significaba que la pelota quedaba en cancha reglamentaria del Departamento del Distrito Federal.

El Departamento del Distrito Federal en su contestación al Consejo decía así en su primer párrafo: “…se formulan peticiones concretadas en seis puntos, algunas de las cuales por la naturaleza de su contenido, plantean situaciones que están fuera de las atribuciones legales de la autoridades de la ciudad…Primero. El llamado ‘Cuerpo de Granaderos’ no constituye una corporación independiente del resto de la policía preventiva del Distrito federal. Una ciudad no puede quedare sin policía preventiva…Segundo. Respecto a la solicitud de destitución del jefe y subjefe de la Policía Preventiva del Distrito Federal…las autoridades han manifestado estar en la mejor disposición de realizar investigaciones correspondientes para deslindar responsabilidades. Tercero…tratar la posible indemnización a víctimas de los recientes trastornos del orden público siempre que…se trate de personas que no hayan tomado parte activa en los hechos violentos…Cuarto…practicar las diligencias necesarias.” En concreto, cero respuesta a cualquier punto.

Pero la PGR no podía quedarse atrás en la indiferencia y el desprecio al CNH. En un escueto comunicado ignora a los estudiantes. A nombre del procurador receta lo siguiente: “En debida respuesta, me permito manifestarle que toda persona o personas que tengan legítimo interés serán atendidas el día que lo soliciten, con sujeción al cupo de la institución y del tiempo adecuado…” Esto es: burocracia democráticamente justa; algo así como “tomen su boleto y hagan filas señores”. Y para la respuesta de la procu del DF; la misma gata con palabras revolcadas: “…en esta dependencia serán escuchadas las personas que con interés legítimo, por cuanto hace a lo conducente del pliego petitorio…manifiesten expresamente su deseo de que se examine la situación legal que confronten en los procesos que se les instruye por las autoridades penales del fuero común. Esto permitirá al Ministerio Público estar en actitud de decidir lo que proceda jurídicamente, por cuanto se refiere a la acción penal que le compete.”

Toda esa serie de argumentos legaloides, siempre disfrazados de legalidad, llevaban la intención de cansar, enfriar, distraer, engañar y radicalizar al movimiento. Una respuesta pública del Consejo para aquellas enredadas respuestas fue convocar a un mitin en la Plaza de las Tres Culturas (el primero de tres), y manifestar su insatisfacción a la serie de simuladas respuestas que los sectores oficiales involucrados ofrecían para la petición de diálogo. En ese mitin (7 de Septiembre por la tarde), el uso de símbolos como la bandera de huelga fue otra vez utilizado en una abierta muestra de algunos líderes para seguir desgastando la imagen del movimiento y dar oportunidad a los medios para desprestigiar la lucha estudiantil. Por el lado positivo de ese mitin, fue el hecho de confirmar que Tlatelolco (conjunto de varios edificios habitacionales, más correctamente el complejo entero conocido como Nonoalco-Tlatelolco) en buena parte de su población siempre hubo afinidad con los estudiantes; el respaldo pasó en varias ocasiones a la defensa de los mismos contra la violencia de policías, granaderos y “porros”. Una cantidad desconocida pero significativa de vecinos en diferentes edificios de la zona siempre simpatizaron con los estudiantes e incluso apoyaron en forma de resistencia organizada la lucha emprendida por los que muy seguramente, algunos, eran sus hijos, hermanos, amigos o vecinos. Quizá una razón poco explorada para explicar la excesiva violencia ejercida contra Tlatelolco y sus habitantes en la Plaza de las Tres Culturas el 2 de Octubre mucho tenga que ver con un miedo real del gobierno en seguir viendo crecer ese apoyo popular, según su óptica. Otra razón aún menos rastreada es una serie de resentimientos acumulados en la policía, granaderos y ejército por diferentes enfrentamientos en el lugar, durante el transcurso del movimiento y previos a octubre, donde constantemente se toparon con un apoyo fuerte y decidido a favor de los estudiantes por parte de habitantes del conjunto habitacional.

El continuo conflicto entre la pretensión de empantanar la lucha estudiantil con argumentos jurídicos y sus tiempos sujetos al “cupo de las instituciones” en contraste con la gran movilización política del estudiantado y su solicitud de respuesta a sus demandas se iba expresando en una realidad cada vez más polarizada. El lenguaje y el tono irían subiendo de intensidad en ambos lados. El 9 de Septiembre el rector de la universidad con un desplegado en prensa deja un llamado para serenar los ánimos: “Ningún problema político, por importante que sea, puede llevar a nuestra institución a desacreditarse ante la opinión popular, a ser tema de injurias y difamación, convertirse en campo abierto a lucha de facciones ni, para decirlo en pocas palabras, a que resulte la mayor víctima de un conflicto que ciertamente no provocó.” Un día después, el 10 de septiembre, el CNH en conferencia de prensa responde al rector el desplegado conocido como “Llamado a los Universitarios”, en dicha conferencia se denuncia la presión política a la que se estaba viendo sometido todo aquel que simpatizara con los estudiantes; desde luego el rector no era ajeno a ello. El mismo CNH el 10 de Septiembre hacía un presagio: “si las autoridades no aceptan el diálogo público, la respuesta será una represión masiva, para descabezar al movimiento, debido a la cercanía de la celebración de las Olimpiadas.” Los estudiantes pues, decidieron sostener la vía de la huelga y la movilización a través de mítines (11 de septiembre, uno en Ciudad Universitaria y otro el mismo día en el Casco de Santo Tomás, conjunto de escuelas pertenecientes al Politécnico) así como la de convocar para el 13 de septiembre a lo que sería su última demostración callejera en forma masiva; la Gran Manifestación del Silencio. Los estudiantes decidían seguir el camino de la política y el gobierno entraba a su lógica jurídica para justificar todo su accionar.

martes, 2 de septiembre de 2008

1 de Septiembre 1968


El Presidente Gustavo Díaz Ordaz se refirió en diferentes oportunidades al Movimiento Estudiantil, desde luego nunca sin mencionarlo específicamente por ese nombre, el día primero de septiembre en su IV Informe de gobierno. No se necesita una lectura muy acuciosa para evidenciar lo que se desataría en contra del Movimiento a partir de ese mes y hasta el final del mismo (la suspensión de la huelga por los primeros días de diciembre).

Durante los recientes conflictos…se advirtieron en medio de la confusión, varias tendencias principales, la de quienes deseaban presionar al Gobierno para que se atendieran determinadas peticiones, la de quienes intentaron aprovecharlo con fines ideológicos y políticos y la de quienes se propusieron sembrar el desorden, la confusión y el encono…con el fin de desprestigiar a México…e impedir acaso la celebración de los Juegos Olímpicos.

Los desordenes juveniles que ha habido en el mundo han coincidido con frecuencia con la celebración de un acto de importancia en la ciudad donde ocurren…De algún tiempo a la fecha en nuestros principales centros de estudio se empezó a reiterar insistentemente la calca de los lemas usados en otros países, las mismas pancartas, idénticas leyendas.

Tenemos confianza en que no se logrará impedir la realización de los eventos deportivos en puerta, cuando más se conseguirá restarles lucimiento.

Reafirmo…mi respeto a la autonomía universitaria…Debo agregar y con este criterio coincide el de destacados abogados, que si se examinan los hechos con serena objetividad y rigor técnico, jurídicamente no hubo violación a la autonomía universitaria.

No admito que existan “presos políticos”. ‘Preso político’ es quien está privado de su libertad exclusivamente por sus ideas política, sin haber cometido delito alguno.

Respecto a los artículos 145 y 145 bis del Código Penal…¿Debe ser delito o no afectar la soberanía nacional, poniendo en peligro la integridad territorial de la República, en cumplimiento de normas de acción de un gobierno extranjero? ¿Debe ser delito o no preparar la invasión del territorio nacional o la sumisión del país a un gobierno extranjero? Estos casos son parte del artículo 145.
El artículo 145 bis señala cuáles son los delitos de carácter político. Si se deroga ningún delito tendrá carácter político. ¿Es eso lo que se demanda?

El incidente, en apariencia minúsculo, que se señala como origen del problema, no fue el primero de su género, sino culminación de una muy larga serie de hechos violentos, de atentados a la libertad y a los derechos de muchas personas.

Situemos estos hechos dentro del marco de las informaciones internacionales sobre amargas experiencias similares de gran número de países en lo que, desde un principio o tras haberse intentado varios medios de solución, se tuvo que usar la fuerza y sólo ante ella cesaron o disminuyeron los disturbios…todo tiene un límite y no podemos permitir ya que se siga quebrantando irremediablemente el orden jurídico, como a los ojos de todos ha venido sucediendo…agotados los medios que aconsejan el buen juicio y la experiencia, ejerceré, siempre que sea necesario, la facultad contenida en el artículo 89, fracción VI de la Constitución General de la República que, textualmente dice: ‘Artículo 89. Las facultades y obligaciones del Presidente de la República son las siguientes:… VI. Disponer de la totalidad de la fuerza armada permanente o sea del ejército terrestre, de la marina de guerra y de la fuerza aérea para la seguridad interior y defensa exterior de la Federación…No quisiéramos vernos en el caso de tomar medidas que no deseamos, pero que tomaremos si es necesario; lo que sea nuestro deber hacer, lo haremos; hasta donde estemos obligados a llegar llegaremos.

Examinemos ahora, brevemente, el verdadero fondo del problema; la urgencia de una profunda reforma educacional. Problema no sólo de México; la crisis de la educación es mundial.

En unas semanas o en unos meses, los acontecimientos tomarán, con la perspectiva del tiempo, su verdadera dimensión y no pasarán como episodios heroicos, sino como absurda lucha de oscuros orígenes e incalificables propósitos.*

En conferencia de prensa el CNH expresó su postura a las menciones del presidente en relación al “conflicto”:

Los argumentos y la razones que se esgrimieron en el Informe son o falsos o en el mejor de los casos triviales y superficiales.

El Informe no representa por lo mismo un cambio cualitativo en el aspecto del Movimiento y en el aspecto de la actitud que nosotros podíamos guardar hacía él. El Informe no contiene argumentación política excepto en dos. La argumentación política del Presidente se circunscribió a dos de los puntos de nuestro pliego petitorio: el relacionado con los presos políticos en México y la derogación de los artículos 145 y 145 bis del Código Penal.

Los puntos con los que pretendió justificar que en México no existen presos políticos y las posibles salidas o las posibles soluciones que veladamente ofreció, de ninguna manera son aceptadas por el CNH como una respuesta a nuestro pliego petitorio.

Con respecto al problema del diálogo…Nosotros no vamos a dialogar con la presión de los tanques y las bayonetas encima, nosotros no entendemos el lenguaje de las ‘orugas’; retiren los tanques de las calles, retiren el ejército de las calles, retiren todos los provocadores y las fuerzas de choque que vestidas de civiles atacan a nuestras brigadas de la calle, y entonces públicamente estaremos dispuestos a dialogar a debatir, antes no.*

Después de un Informe presidencial con aquella característica con sabor a imperial, en donde un supuesto país democrático estaba sujeto al poder depositado en un solo hombre; el Presidente de la República seguía dictando que su investidura había de escribirse con mayúscula. La fórmula no estaba diseñada para el respeto a la institución presidencial sino para tenerle miedo al individuo en turno con el monopolio del poder. Las advertencias veladas y directas de Gustavo Díaz Ordaz en aquel Informe para los “desordenes juveniles” empezaron a cumplirse abierta o clandestinamente. El estilo autoritario de Gustavo Díaz Ordaz en realidad venía cumpliéndose cabalmente desde antes del Movimiento Estudiantil de ese año. Eso y la presión política y económica para cumplir con el compromiso de los Juegos Olímpicos más la inevitable serie de intrigas palaciegas por la lucha en la designación de la candidatura oficial para el próximo presidente hicieron posible el peor de los escenarios. Las salidas contrarias fueron alejándose conforme la inauguración de las Olimpiadas se acercaba. Por ello, el gobierno de México tenía la incómoda e inevitable presencia de la prensa mundial, otro factor desequilibrante. La información que estaba saliendo al mundo no podía ser controlada al igual que la nacional. Incluso el Comité Olímpico Internacional llegó a plantearse la alternativa de suspender su negocio de los juegos y aunque los estudiantes se esforzaran por declarar no interferir ni estar en contra de los mismos, en el gobierno no creían en la buena fe.

*Ramón Ramírez, El movimiento estudiantil de México, Tomo I, págs 281-287.