lunes, 17 de noviembre de 2008

Equipo Obama

Tim Dickinson de la revista Rolling Stone señala que ese velo que cubrió al equipo de Obama tenía dos reglas. Una, todo el crédito debe ir a Obama. Segundo, no se habla de un equipo Obama. Dice Dickinson, usando una metáfora computacional: el software era open-source pero el CPU se mantuvo literalmente como una caja negra.




sábado, 8 de noviembre de 2008

4 de noviembre: Lo esperado y lo inesperado


Barack Obama será el primer presidente negro que los Estados Unidos se permiten para darle vuelta a la página del racismo en ese país. Así comienza a cicatrizar la herida de la segregación racial. Hay columnistas de prensa escrita empeñados en quererse alejar del sentimiento inevitable causado por el resultado, considerando de menor valor el hecho histórico. Quizá una imagen del día 4 de noviembre por demás significativa fue aquella en la cual los habitantes de Kerego en Kenia estaban festejando como propio el triunfo electoral de Obama. Una imagen llena de simbolismo; negros en África celebrando por el éxito de un hombre negro en América. En discordancia, algunos seudo ecuánimes analistas políticos no pueden dejar ver a sus lectores esa demostración emocional. No, qué caray, los sentimientos son para los cursis. Ahora Obama, sentencian, tendrá que enfrentarse a la real politik y sus promesas de campaña con énfasis en el cambio no podrán contra una pesada realidad. Qué grandioso análisis, ¿acaso la dificultad sería diferente para John McCain, el candidato derrotado? Sin embargo, el voto popular le dijo sí a un discurso mucho menos beligerante. Le dijo sí a un tema que debe dejar de ser tabú en Estados Unidos; la redistribución de la riqueza. Dijo sí a un nuevo papel que deberá jugar Estados Unidos a nivel mundial. A todos esos votantes no les tembló la mano; un aleccionador 65 por ciento de participación respaldará con gran legitimidad el poder otorgado al nuevo presidente, y de piel negra, Barack Obama. Así se esperaba que fuera el resultado para el 4 de noviembre en ese país. Buena noticia para el mundo.

Y en paralelo México empeñado en negar la buena nueva. Tragedia: un avión se impactó muy cerca de Paseo de la Reforma ese 4 de noviembre, cerca de la Fuente de Petróleos. Conforme pasaban los minutos de esa tarde comenzó a fluir la información de un grave accidente en la ciudad de México. Los datos seguían acumulándose. José Cárdenas, conductor del noticiero Tele Fórmula, iba confirmando hechos; sí, ha caído un avión cerca del Periférico en el Distrito Federal. Sí, es un avión propiedad del gobierno federal. Confirmado, su bitácora de vuelo le ubica despegando del aeropuerto en la ciudad de México hoy por la mañana con rumbo a la ciudad de San Luis Potosí y con retorno mismo día al aeropuerto capitalino. Se puede asegurar que en el avión accidentado venían funcionarios de la Secretaría de Gobernación. 7:45 de la tarde, José Cárdenas anuncia lo que se sugería como rumor; Juan Camilo Mouriño, secretario de gobernación, venía entre los pasajeros del avión. La producción del noticiero, para ese momento, transmite imágenes de archivo con el secretario Mouriño al frente; el conductor del noticiero sabe algo más y seguramente está buscando la confirmación. 7:50, el secretario de gobernación murió. Mala noticia para México.

Mientras el mundo celebra la victoria arrolladora de Barack Obama y las expectativas cuando menos son alentadoras, acá la sombra de las dudas se hace inevitable. Aunque oportuno pero con un mensaje poco alentador Felipe Calderón dejó ver que detrás de la tragedia puede estar la posibilidad de un atentado contra la vida de su secretario de gobernación. Pasan los días y parece ser que la tragedia se relaciona con un lamentable accidente (no puedo decir qué bueno). Lo difuso y confuso de la guerra contra el narcotráfico no permite ver sencillamente un triste y horrible accidente. Más allá de la tragedia humana, en el discurso del presidente se asoma una rabia contra algo y algunos que ya han demostrado su decisión de enfrentar directamente al poder del Estado. Atentado o accidente sigue siendo mala noticia.