jueves, 18 de junio de 2009

¡Cuidemos el Voto!



En un hecho que México está experimentando dentro de su actual proceso electoral, mucho más allá de la campaña del voto nulo, la participación de un nuevo actor político con una visión diferente del activismo. Junto a las tecnologías de la información han llegado para quedarse nuevos actores. Y quienes mejor están entendiendo, desarrollando y aplicando la tecnología de la información, en su mayoría son jóvenes que la utilizan de forma muy práctica y concreta.

Como consecuencia de nuevas tecnologías, el uso de redes sociales con aplicaciones específicas según las preferencias e intereses de sus participantes es cada vez más extendida. Incluso hay analistas que no están entendiendo en toda su dimensión el fenómeno de las redes sociales, puesto que limitan su perspectiva al crecimiento de Internet y basan sus consideraciones exclusivamente al número de computadoras por país y el acceso de estas a la red de redes; están dejando de lado el crecimiento exponencial de otra red: la telefonía celular.

Las redes ya están impregnadas en los jóvenes (sea participando en un café internet, su propia computadora o el teléfono celular), sin que el aspecto socioeconómico cuente mucho para ser un obstáculo considerado infranqueable. Esas redes igual funcionan para una aparente e insignificante invitación a un determinado evento social o fiesta particular como para la organización de una red social en defensa del voto; en todo ello la imaginación de los usuarios es la base de partida. Hay expertos en comunicación que tienen años observando y estudiando el desarrollo de estas novedosas redes sociales. Diferentes segmentos políticos, culturales y sociales están revitalizando la comunicación dentro de esas redes; unas más conocidas que otras, pero todas con las características de hacer más eficiente el uso del tiempo así como evitar la limitación de las distancias geográficas.

La marca Facebook dentro de las redes sociales ya casi es un genérico; quizá es la más popular. Pero hay otras, y la tendencia es a no excluirse entre ellas. Twitter, en apariencia algo sin sentido para el mundo adulto tradicional, es una herramienta de comunicación que los jóvenes rápidamente entendieron y asimilaron. Sin hacer a un lado la aportación de otras redes sociales, todas comparten el derecho a ser nombradas como tales por la fuerte interrelación computadora-telefonía celular; lo cual hace que el atractivo para los jóvenes en el terreno del entretenimiento sea muy atrayente. Pero también están aquellos jóvenes que sin despreciar lo lúdico de la tecnología han sabido aprovechar lo potente de las herramientas informáticas para encontrar alternativas de comunicación dentro del activismo político y social; activismo con un costo económico casi gratuito.

Mientras una generación de políticos mexicanos, por regla general mayores de cuarenta años y ya instalados en el poder, permanentemente están ensimismados en calendarios de lucha electoral, siempre con lo privativo de tener que obedecer el control dictado por cúpulas partidistas y sin mirar más allá de su entorno para “hacer” política; mientras, otros jóvenes mexicanos con una actitud diferente aprovechan su ventaja de tener en la piel el traje de lo cibernético. Y qué bueno que así sea, porque algunos de esos jóvenes, en los hechos, están demostrando cómo sacar beneficio comunitario en una coyuntura electoral con las particularidades de la mexicana. En concreto: cómo defender el voto. Y también cómo seguir acumulando experiencia en el uso de redes sociales y expresar al mismo tiempo una posición contrastante con el grueso de la comentocracia política nacional. Porque, aún y cuando la campaña del voto nulo ha sido difamada entre algunos columnistas (por ignorancia o por conveniencia), la intención estratégica no es ir contra la institución del voto; por el contrario, la intención es defenderlo y todavía más allá: defender la democracia, que tanta falta nos hace en el país. Contra el conocido activismo disfrazado de periodismo surge un activismo político de jóvenes con nuevas tecnologías entre sus manos que más temprano que tarde cambiará la forma de hacer política.

Para una mejor explicación de la velocidad y la efectividad con la que se pueden mover las redes sociales con un fin determinado transcribo íntegramente la explicación (al igual que como lo promueve Gustavo Gordillo en su blog) para la breve historia de cómo se hizo posible una iniciativa específica: ¡Cuidemos el Voto!

Acerca de Cuidemos el Voto

Cuidemos el Voto es una plataforma independiente para contribuir al seguimiento de las elecciones federales del 5 de julio del 2009 en México. La información que recopila Cuidemos el Voto es generada a partir de mensajes de texto (SMS), emails, twitter, y reportes en un formulario en página web. El objetivo principal es reportar incidentes e irregularidades en el proceso electoral que determina el Código Penal Federal y el Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales. La plataforma de Cuidemos el Voto agrega estos reportes junto con información de notas de prensa, fotos y videos relacionadas a las elecciones en un mapa interactivo. Cuidemos el Voto utiliza un motor para la "gestión de crisis" llamado Ushahidi. Ushahidi es un proyecto de código abierto desarrollado por programadores en Kenia, Ghana, Sudáfrica, Malawi, Holanda y Estados Unidos.

¿Quiénes somos? El equipo de Cuidemos el Voto es producto de un conjunto de redes e intercambios electrónicos que poco a poco se han sumado para producir este proyecto. Oscar Salazar (OS) manda un correo desde Nueva York con el interés de promover el uso de teléfonos celulares para hacer activismo social en México. Al mismo tiempo Andrés Lajous (AL) en una clase de activismo social en redes celulares en MIT abre su celular para que cualquiera pueda actualizar su cuenta personal de Twitter. AL contesta el correo de OS, y OS el de AL. Acuerdan una fecha y hora para platicar por Skype. Intentan hablar por Skype (pero) se corta la llamada varias veces. Por fin tienen una conversación. OS es de Colima y estudió (telecomunicaciones, en Francia). AL es del Distrito Federal y estudia Planificación Urbana en Estados Unidos. OS tiene experiencia con las redes celulares en México, AL con las instituciones electorales mexicanas. Acuerdan intercambiar correos. AL quiere usar celulares y Twitter para hacer observación electoral, OS le muestra la experiencia de Ushaidi en la India. Se ponen de acuerdo para empezar a desarrollar el proyecto para las elecciones federales mexicanas del 2009. OS manda un correo a Jorge Soto (JS) en Monterrey y a José Oviedo (JO) en Colima para contarle del proyecto pues ellos tienen experiencia manejando servidores y servicios de SMS en celulares. AL le envía un correo a Maite Azuela (MA) y a Brando Flores (BF) ambos con experiencia tanto en observación electoral como en organizaciones políticas. JS, MA y BF acepta(n) sumar(se) al proyecto. Nos damos cuenta que nos faltan dos cosas centrales: un nombre y el diseño gráfico. AL va a NY a conocer a OS en persona. Hablan de un par de propuestas. No están del todo convencidos. Se deciden sin pensar mucho por ¡Qué se cuenten los votos! OS comiendo y AL en un camión con Wi-Fi de regreso a Boston, se dan cuenta que lo mejor sería someter el nombre a votación abierta entre sus contacto de Facebook y Twitter. En Selectricity crean una votación. De tres (pro)puestas 1) ¡Qué se cuenten los votos!, 2) ¡Protege tu voto! 3) ¡Cuidemos el voto! Tras 24 horas de votación, gana por orden de preferencia ¡Cuidemos el voto! Una vez que tenemos nombre, AL le manda un correo a Luis Blackaller (LB) para proponerle hacer un logo y un banner para la página. LB manda las primeras muestras que transmiten lo que buscaban OS y AL con el nombre. LB manda sugerencias y modificaciones. JO monta y adapta al interfaz. Eso es lo que ves cuando entras a nuestra página principal. Mientras tanto MA y BF empiezan a contactar a medios de comunicación y ONGs de observación electoral en México para presentarles la plataforma e invitarlos a usarla. Hasta aquí es (quiénes) somos y lo que somos. Es decir, lo que hemos hecho.

¡Cuidemos el Voto!

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