lunes, 1 de junio de 2009

¿Voto nulo o abstención?: ése es el dilema

Voto nulo o abstención no es contra un partido político: es contra todos. Abstenerse o voto nulo; that is the question.

Los derechos ciudadanos deben incluir mi derecho a no estar de acuerdo, y en ese sentido puedo no simpatizar con ninguna propuesta electoral partidista. Por lo tanto, debo tener el derecho a abstenerme de ejercer el voto o tener la opción legal y legitima de expresar mi desacuerdo con candidatos y partidos. La democracia nunca debe ser imposición. Quien asegure que el abstencionismo es una práctica antidemocrática está mirando el vaso medio vacío. La parte llena de ese mismo vaso siempre ha sido una expresión ciudadana consciente de la inutilidad de votar en determinadas épocas y países; es un abstencionismo activo.

La mejor publicidad, la más barata y efectiva, siempre ha sido la de boca en boca. Y la invitación al voto nulo está haciendo uso de esa económica herramienta publicitaria. Es un hecho que Internet está potenciando esa publicidad. Algunos miopes en el IFE y partidos políticos ni siquiera están viendo el lado bueno que puede tener el llamado al voto nulo: le quitará presión al abstencionismo. Aunque siempre hay peros…

Pero puede arrojar una cifra mucho mayor al histórico estadístico de los votos nulos (reconocidos en nuestro sistema electoral, aunque sin valor numérico para ningún partido: por eso nulos). Y ese movimiento social de invitación para presentarse el 5 de Julio en la casilla electoral y anular el voto ya prendió; no hay manera de revertirlo. Quizá de emergencia surga alguna campaña mediática en contra del llamado al voto nulo, que sin embargo puede ser contraproducente porque informaría a una parte de la población que aún desconozca el asunto y decida sumarse al movimiento de protesta.

¿Hasta dónde llegará en cifras finales el voto nulo? Nadie lo sabe. Ya algunas encuestas empiezan a arrojar aproximaciones (finales de mayo). Entre las más conservadoras se menciona cifras de un 5-6 por ciento del padrón para anular su voto. Otras encuestas se mueven cercanas al 10 por ciento de ciudadanos inscritos en el padrón dispuestos a anular su voto. Cifras que al final del camino del proceso electoral de este año serán muy difíciles de medir y el propio sistema político, mediático y electoral se encargarán (como siempre) de ocultar y manipular. Sin embargo la batalla ideológica entre ciudadanos y políticos profesionales ya desde ahora la han ganado los primeros. El IFE y algunos columnistas de prensa escrita ya están haciendo su labor más que esperada; los buenos son los que votan y los malos todos los demás (aunque seamos muchos más).

Que si anular o abstenerse ayuda al PRI o al PAN, que si perjudica al PRD, que si la chiquillada sale ganando, que si la izquierda o la democracia pierde, que hay que votar por joder, que esto es obra de la derecha, que el PRI tiene más voto duro; en fin. En todo caso, eso no le importa al abstencionismo activo o al voto nulo: la protesta es contra toda la partidocracia. Los llamados al voto tienen poca fuerza en el abstencionismo o el voto nulo. El que así piense tiene su derecho a expresarlo, a escribirlo, a anular su voto o abstenerse. O la otra forma (muy débil) que intenta en vano cambiar la postura a los "descarriados": con eso del voto nulo no se cambia nada. ¿A poco? ¿Y entonces cómo sí se cambia al sistema político? Porque cuando menos personalmente nunca he dejado de ejercer el voto y no tengo que explayarme mucho para ver los resultados. En respuesta, para aquellos que minimizan la iniciativa de anular el voto, por favor expliquen cómo sí cambiaríamos las cosas para poderles analizar su propuesta y decidir si es digna de apoyarla. Porque si la propuesta es simplemente salir a votar para legitimar lo ya de por si ilegitimo, poco confiable serían sus “razones”.

Ojo, amigos y amigas (por fin pude utilizar la frase favorita del preciso): La protesta nunca será contra la democracia. La protesta es contra lo antidemocrático del sistema electorero (que no electoral) implementado por todos los partidos políticos mexicanos; no se salva uno. La protesta no es contra el voto; es contra la manipulación; el corporativismo; la compra de voluntades; las clientelas partidistas; la corrupción; la desigualdad social; la pobreza; la violación, anulación o incumplimiento de derechos; es también contra la inseguridad; la impunidad; la injusticia; contra el desempleo; contra monopolios económicos públicos y privados; contra el sistema político y sus reglas disparejas con un sistema electoral hecho a la medida de la partidocracia…O dicho de otra manera; la protesta es a favor de la democracia y el voto.

Mientras llega el 5 de Julio mi dilema será cambiar mi abstención por el voto nulo. Mi dilema existencial estará entre sumarle al abstencionismo activo o restarle a éste último en beneficio de un movimiento de protesta social que me parece interesante: el voto nulo. Cualquiera que sea mi decisión el 5 de Julio seguiré sin traicionar mi posición original; los partidos políticos si saben contar, no cuenten con mi voto.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Ni con el mío...

Excelente, Edurado, pones en un plano lo que muchos ciudadanos de este país están contemplano: voto nulo o abstención

Eduardo Rentería dijo...

Un honor recibir un comentario suyo Sr. Director. Y ansina es...ése es el debate entre nosotros los ciudadanos.

el lobo negro dijo...

Interesantes reflexiones, para que siga pensando y decidiendo entre el abstencionismo o el voto nulo, le dejo esta notita.

http://impresionpolitica.blogspot.com/2009/06/promociona-voto-en-blanco-ex.html

saludos