jueves, 25 de febrero de 2010

A(n)cá decimos sí


La propuesta de Reforma Política presentada por el ejecutivo federal en diciembre del año pasado ya tiene un punto a su favor, intencional o no: abrió el debate. Pero esa virtud la pierde aceleradamente cuando es contrastada por otras propuestas que no necesariamente vienen del tradicional mecanismo institucional para presentar iniciativas, vocablo éste último que incluso se reservan legalmente tanto el ejecutivo como el legislativo. Otras voces, de ser escuchadas y tomadas en cuenta, pueden enriquecer el contenido del llamado “decálogo” del presidente de la República para aportar con ello a una deseable Reforma Política. En efecto, luego de reconocer lo positivo para fomentar el debate, la propuesta de Felipe Calderón tiene varios puntos que no hacen eco a otras propuestas de origen ciudadano. No modifica la fórmula para reducir el financiamiento a los partidos políticos (¡Ya Bájenle!); no hace que los partidos políticos sean sujetos obligados de la Ley de Transparencia y tampoco otorga atribuciones al IFAI como órgano garante; no promueve el reconocimiento constitucional al derecho de participación ciudadana en los asuntos públicos*; no propone el plebiscito; no incluye la revocación de mandato; el referéndum lo deja sólo para casos excepcionales de iniciativa preferente del Ejecutivo en materia constitucional que no sea atendida por el Congreso*; no toca ni con el pétalo de un rosa el fuero de los cargos de representación popular; no contempla la reducción o cuando menos el mismo porcentaje de votos para registro de nuevos partidos políticos. En síntesis: no, no, no.

Se dice que en México hay una parálisis en materia de reformas de largo alcance debido al claro propósito de partidos políticos para dar prioridad al próximo proceso electoral en puerta. No se necesita ser un ducho en la materia para constatar lo anterior. El país lleva años esperando la gran reforma fiscal y ante cada regateo electoral lo que todos recibimos como respuesta son indescifrables parches conocidos como misceláneas fiscales. Mismo caso para la Reforma Política y otras de igual o mayor importancia. En el México de las transas y los acuerdos en lo “oscurito” siempre gana el político profesional y alguien pierde (el ciudadano da a pie). Precisamente para el actual debate de Reforma Política empieza a repetirse el esquema ya conocido; enviar propuestas desde diferentes fracciones parlamentarias con la etiqueta de “negociables” con el objetivo de obtener ventajas electorales.

Si el presidente de la República envió su iniciativa los demás actores políticos no son capaces de decir sí y aportar para mejorar el contenido. Tal es el caso de la propuesta auto nombrada DIA. Aunque en ella algunos “no” casi venturosamente pasaron al “sí” (a favor de plebiscito y revocación de mandato, por ejemplo) en dicha propuesta (PRD-PT-Convergencia) en general muy rápido se olvida de su mercantilista sigla y empieza a oscurecerse con varias negativas. Al igual que el ejecutivo le dice “no” a menos dinero a partidos políticos, “no” a que estos sean sujetos obligados a Ley de Transparencia y “no” al derecho constitucional de participación ciudadana en asuntos públicos. Además, agrega otro espantoso “no”: olvídense de reelección consecutiva de presidentes municipales y legisladores. Por si eso fuera poco le dice “no” a facilitar el porcentaje para registro de partidos políticos. Habrá que decirles a todos ellos, de cualquier color partidista, que no deben sentirse ofendidos cuando en algún desplegado se les ubica como la Generación del No.

Y en esa farsa teatral tampoco puede faltar el que hizo escuela para esa forma de política: el Revolucionario Institucional, quien en voz de unos de sus principales protagonistas para la candidatura a la presidencia en el año 2012 dice no a revocación de mandato, no a candidaturas independientes, no a iniciativa legislativa, no a reducción de porcentaje para registro de partidos políticos. Por supuesto también están de acuerdo en los no del ejecutivo y DIA para menos dinero a partidos políticos, que estos últimos no sean sujetos obligados a Ley de Transparencia y que el ciudadano se quede con las ganas de presentar iniciativas.

Según su miserable visión de posicionarse lo mejor posible para las próximas contiendas electorales y su “construcción de mayorías”, la Reforma Política una vez más corre el riesgo de quedar atrapada en acuerdos mínimos para seguir así postergando lo necesario para una verdadera democracia en el país. Andrés Lajous hace un resumen de lo “posible” para esta supuesta Reforma tomando en cuenta los apoyos de las diferentes fracciones parlamentarias:

1.La reelección legislativa con límites.
2.Algún mecanismo para reducir 100 (representantes) en la Cámara de Diputados.
3.Algún mecanismo para reducir 32 senadores plurinominales.
4.Alguna modalidad de iniciativa preferente para el Presidente de la República.
5.Alguna modalidad acotada para convocar a referéndum.
6.En caso de que el Presupuesto de Egresos de la Federación no sea aprobado, se mantendrá funcionando el del año previo.

Así de mínimo es lo que se avizora. Así de pobre. Por el contrario, como dice Rogelio Gómez Hermosillo: “En sus exposiciones de motivos, las 3 propuestas, la del Ejecutivo Federal, de la coalición formada por el PRD, el PT y Convergencia (DIA) y del PRI, reconocen la necesidad de fortalecer la democracia y mejorar la representación ciudadana, sin embargo, no contemplan las exigencias y más bien se centran en cerrar y mejorar el actual sistema.”

No hay intención real de abrir el sistema. Pretenden seguir jugando el juego de dar bolita. Incluso leyendo la exposición de motivos de cualquiera de las tres propuestas uno pudiera sentir orgullo de la claridad de visión para un México mejor en los que se dicen nuestros representantes Pero a la hora de definir concretamente qué de bueno tienen sus intenciones, la decepción es casi total. Cada propuesta (Ejecutivo, DIA y PRI) intenta legitimarse con concesiones poco articuladas “para la ciudadanía”. Por ejemplo, el ejecutivo lanza el anzuelo de sí a candidaturas independientes, pero: “a todos los cargos de elección popular con 1% de firmas del padrón electoral en la demarcación correspondiente como requisito. El financiamiento y acceso a medios determinado en la legislación secundaria.”ª O el sí a candidatos independientes en la coalición DIA, pero: “a todos los cargos de elección popular en condiciones equitativas con 1% del listado nominal con firmas como requisito. Las candidaturas independientes tendrían que presentar una fianza la cual sería reembolsada. En cargos legislativos participarían en listas como si fuera un partido porque todo el sistema sería de elección por lista.”ª Y el PRI con este sí al Referéndum (que más bien parece no): “sólo los podrán convocar el presidente con acuerdo de las dos cámaras del Congreso. 2% de los ciudadanos inscritos en el padrón electoral con acuerdo de las dos cámaras, o a solicitud de 2/3 parte de ambas cámaras.”ª Parafraseando el refrán; “con esa ayuda, para que quiero enemigos”.

Es más, casi les creo cuando en un párrafo de la exposición de motivos en la propuesta del PRI dice: “En los procesos electorales, un número no desdeñable de ciudadanos ha anulado el sufragio por diversas razones, sea por error, sea de manera consciente para expresar su malestar con el sistema representativo, con lo que ha constituido un movimiento anulista buscando presionar al sistema político para cambiar el estado de cosas. El conjunto de reformas que proponemos, incorpora el sentir ciudadano de una manera comprensiva, pues no sólo se establecen mecanismos para mejorar la relación entre los electores y sus representantes, sino que también se establecen cauces para una mayor participación en las decisiones fundamentales del país, con mayor transparencia y una rendición de cuentas más efectiva, con responsabilidades políticas y sanciones específicas para quienes incumplan o falten a sus deberes.”

Entonces ese “movimiento anulista” hoy presente como Asamblea Nacional Ciudadana (ANCA) les ha propuesto, entre otros puntos; Modificación de la fórmula para reducción del financiamiento a los partidos (¡Ya Bájenle!); Partidos políticos sujetos obligados de la Ley de Transparencia y atribuciones al IFAI como órgano garante y reconocimiento constitucional al derecho de participación ciudadana en los asuntos públicos. ¿Respuesta a estas tres propuestas de la Asamblea Nacional Ciudadana por parte de Ejecutivo, DIA y PRI?: No.

Por ello, en ANCA decidimos invitar a más ciudadanos para que aporten ya no a una Reforma Política tan manoseada por los profesionales de la política, sino a un debate sobre los cómos para una nueva democracia en México. Cuando menos aquí se recibe con gusto la oportunidad de debatir lo que queremos de y para el México del cual somos parte todos y no sólo unos cuantos que siguen mal pensando que todavía estamos en el antidemocrático estilo autoritario heredado del viejo priismo. Por ello en ANCA decidimos decir sí a la eliminación del Fuero, sí a más partidos políticos con menos requisitos para su registro, sí a reelección consecutiva de legisladores y presidentes municipales, sí a candidaturas independientes, sí a revocación de mandato, sí a las iniciativas ciudadanas, sí a plebiscito. Que la clase política en el poder siga pensando en el viejo estilo para arreglar sus entuertos entonces ello hace aún más evidente su poco tacto para calibrar apropiadamente la existencia de una ciudadanía mucho muy diferente que no dejará que sus propuestas sean simplemente ignoradas.

*Texto en cursiva tomado de comparativo hecho por Rogelio Gómez Hermosillo.
ªTexto en cursiva tomado de comparativo hecho por Andrés Lajous.

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