viernes, 26 de noviembre de 2010

Mataron a John


A quién le importa que un lunes por la noche la transmisión por televisión de un juego de futbol americano entre Patriotas de Nueva Inglaterra y Delfines de Miami en algún momento perdiera su relevancia para ser opacado por una noticia de gran impacto. Era diciembre de 1980.

Perdí la afición por el futbol americano hace varios años, ¿a quién le importa eso?

La certeza la tengo. Aquel lunes por la noche un comentarista deportivo de cuyo nombre no me puedo olvidar –Jorge Berry- comentaba el partido cuando, palabra más, palabras menos, anunció algo que…


La primera canción que escuché de los Beatles: “She´s Leaving Home”. En la radio, en un coche, en el periférico por la salida rumbo a Cuernavaca… ¿y?

Era lunes, segurísimo. Como tan seguro de saber que la magia no existe. Todos aquellos que escarben un poco en las efemérides beatles podrán saber que fue 8 de diciembre de 1980, por la noche. Pero muy pocos tienen al dedillo que era lunes, que había un partido de fut americano. Y sólo uno podrá decir que no tiene explicación para lo que pasó. Sólo uno sabrá que hay cosas que así suceden. ¿Por qué? No tengo ni la más mínima idea.

El relato de muchos para aquel día es muy semejante. El mío es distinto y único. ¡Y a quién le importa! ¡Carajo!

Mi primer LP: For Sale, dicho con todo orgullo. Luego la paciencia para completar la colección uno a uno; el “exceso” de dinero así lo obligaba. El cierre magistral fue con Abbey Road. Orgullosamente lo hice con toda la intención; calculado, a propósito. Porque era imposible dejar al Sargento de última adquisición. Toda la discografía me parecía excelente y no entendía a los que despreciaban su primera etapa, la de los Twist and Shout. O lo peor; los que se quedaban en el Please, please me y no valoraban el Álbum Blanco, por ejemplo. Ya ni para qué hablar de su obra maestra de los corazones solitarios. Todo a tiempo pasado, cuando la separación ya era historia; cuando ellos se odiaban. Una generación antes nos presumía de su suerte, orgullosa de vivir en su momento aquello que me niego a nombrar como manía.

Como buen coleccionista, Double Fantasy ya tenía su lugar en mi discoteca desde unos días antes del 8 de diciembre. Ese día, previo al fut, lo había escuchado ene veces, sin cansarme. ¿Fan Lennon? Pues sí…¿y qué? Nada extraordinario. Nada que muchos no pueden contar e incluso de mucho mejor manera.

Pero ese lunes sería diferente, como de seguro también lo fue para muchos en el mundo (cada quien a su manera). Nada para mentir, nada para exagerar: simplemente así sucedió conmigo. Tal vez intrascendente para muchos otros. No para mí.

Al igual que para millones en el mundo, yo también puedo relatar “algo” de aquel 8 de diciembre de 1980, lunes por la noche. Por eso, justo cuando Jorge Berry, palabras más, palabras menos, dijera que “…para todos los aficionados a la música tenemos una mala noticia…” Justo en ese momento, antes de que pronunciara aquel locutor el nombre, me adelanté y pensé: “¡mataron a John!”...Sin más explicación, al único que siempre le ha importado eso es a mí. No necesito ni deseo dar respuestas a quien lo cuestione.

viernes, 5 de noviembre de 2010

Solo solo


Este solo de batería ya no lleva el acento que necesita para ser solo memorable. Existirá falta de ortografía cuando se escriba “éste”. Entonces aquel solo ya no confundirá al lector porque siempre estuvo solo de paso, mal ejecutado. Un solitario no sabrá distinguir entre su soledad y lo virtuoso de este solo ejecutado con fuerza. Solamente un solo se comprende sin acento, porque estar solo nunca se acentuó; siempre poca importancia se le dio. También de ahora en adelante es un horror ortográfico escribir “sólo” y lo correcto solo será solo, es decir; solamente solo. Si alguien tiene tiempo, este es un buen momento para perderlo solo, en honor de la Real Academia de la Lengua Española. Si hay confusión esta no es mi culpa: son las reglas, ja.