lunes, 20 de junio de 2011

¿Quién gobernará Coahuila?


Más mejor. La expresión es simple: más de lo mismo ergo mejor. Puede ser. Pero qué pasa con aquel que piensa que si una aspirina le hace bien, cuatro o cinco pues mejor. O si una cerveza es buena, diez súper mejor. Con ironías de ese tipo es fácil demostrar que no necesariamente más siempre es mejor, lo lamentable es que mucha gente acepta el slogan de campaña priista en Coahuila sin cuestionarlo. En ello poco tiene que ver la ignorancia (en apariencia). Todos saben que hay "truco" y que la receta de repetir una mentira puede convertirla en verdad; el problema es aceptarla como tal. Así que tenemos también la opción de darle la vuelta al slogan "más mejor" para examinarlo, ponerlo en duda, partiendo de que desconocemos si es verdad o no. Qué tal y sí: más es mejor. La ignorancia es, hasta cierto punto, indispensable para empezar a hacer preguntas y encontrar algunas respuestas que nos ayuden a tomar decisiones. Entonces; ¿más es mejor?

¿Fue Humberto Moreira un buen gobernador en Coahuila? ¿Ya dejó de ser gobernador o es el verdadero poder? ¿Es bueno que un hermano sea el sucesor en la gubernatura del estado? ¿Por qué se dice que otro de la familia sería mejor? Mi abuela materna siempre repetía que ninguno de sus hijos era igual a otro y para ejemplificarlo nos mostraba los dedos de su mano: todos son diferentes. Contra eso, casi en automático, los partidarios del hermano Rubén Moreira dan por hecho que éste será una garantía de éxito en la administración sexenal. Buscando una justificación muy forzada para ello, tal vez el pragmatismo se base en que el hermano Humberto le eche la mano a Rubén y ello sea bueno para Coahuila. Ignoro de verdad si ello sucederá, pero por qué sus partidarios están tan seguros del más mejor.

Repito: ¿El ex-gobernador de Coahuila realmente está en esa posición o puede tener la intención de ser el verdadero poder a través de su hermano? ¿Son muy “manitos” en la familia Moreira y entre ellos hay un acuerdo que nosotros debemos suponer beneficia a Coahuila? ¿De verdad? ¿Qué dedo de la mano quiere ser Moreira? ¿El índice, el que indica para dónde es el rumbo? ¿El pulgar, que se opone a todos los demás dedos, incluido el de su hermano? ¿O el más pequeño; el meñique, el digitus minimus? Tal vez sea el dedo medio; el que se representa a sí mismo. O el dedo que se usa para los anillos; como el anillo que anula, que eclipsa a la pareja y la hace uno. ¿Cuál dedo de la familia es? Y la pregunta más importante; ¿de cuál Moreira estamos hablando en cada situación? ¿Quién es quién? ¿Quién es más y quién es mejor?

Argumentar que la ley electoral en Coahuila no prohíbe la elección de un hermano para suceder a otro en el poder ejecutivo (lo del interinato del gobernador Jorge Torres es una tomadura de pelo) nos lleva a la pregunta clave; ¿quién realmente gobernará Coahuila? ¿Qué costos tendrá para el estado esa indefinición de espacios de poder que cualquier gobernador de cualquier estado cuidaría a su favor durante el ejercicio de su periodo sexenal? Más preguntas que no tienen mejores respuestas.

El nepotismo no es lo grave, dicen algunos articulistas. Estoy de acuerdo. Sin embargo, no puede dejarse de lado así, simplemente, el hecho de que en democracia todos significan todos. Que la democracia es incertidumbre y que cuando el resultado de una elección se da por hecho algo anda muy mal. La competencia entre los militantes priistas con el suficiente mérito para la candidatura de su partido fue anulada desde hace mucho por Humberto Moreira y aceptada por Rubén. Eso lo hizo candidato, no al revés. Nunca compitió por la candidatura, siempre hubo certidumbre de que él sería el "elegido"; como una cuestión de herencia. Ese más Moreira nunca podrá ser mejor, porque de origen no tiene una competencia democrática real. El viejo estilo del dedazo priista fue anunciado desde hace mucho con el mayor de los cinismos. La esfera de una familia en Coahuila está peligrosamente confundida con la esfera del interés publico en los asuntos del estado. Quien no lo vea así, es capaz de asegurar todavía que la tierra es plana. Además, quien argumente que la ley lo permite tiene el interés particular de que así sea repetido para: 1) evadir responsabilidad de las consecuencias; 2) seguir aportando con su parte para la confusión entre la simulación de la crítica y la complacencia.

La ignorancia de que más no siempre puede ser mejor tiene costos. Los que hoy cobran por repetir que una fórmula familiar está probada para el éxito olvidan que no se puede mentir al infinito sin que la factura alguien la pague. La puerta está peligrosamente abierta: ¿quién sigue; otro hermano, la esposa? Que nadie venga a decir: yo no sabía.