lunes, 22 de agosto de 2011

¡Afuera, afuera! (favor de no molestar)



Un estadio sin malla ciclónica alrededor de la cancha de juego y un ejemplar comportamiento de los aficionados que asistieron el sábado al futbol en Torreón evitaron lo que pudo ser una tragedia de dimensiones incalculables.

Dejar el comentario en un simple “ya sabemos que así pasa en Torreón” es tanto como ejercer la autocensura. De lo acontecido la tarde noche del sábado en el juego de futbol profesional entre Santos y Monarcas Morelia cuando menos el mundo entero puede percibir desde un ángulo diferente el nivel de violencia que cotidianamente se da en diferentes ciudades de México. Eso en el mundo, porque al día siguiente el mismo México me recuerda lo de siempre: entre los llamados a no dejar que los violentos ganen su juego y la tradicional indiferencia el tema es…cualquier otro.

Cualquier otro, menos buscar la verdad. Aceptar la versión de funcionarios públicos como si fueran una figura cercana a la divinidad (como aquel investido de fiscal de Coahuila) que le dice a su pueblo en un foro de televisión: “fueron solo unos segundos de tiroteo…afuera del estadio”. Qué alivio. Los muertos de esta guerra sin sentido deben seguir en su lugar; en la carretera desconocida con los rostros sin nombre, en la calle de la colonia donde cualquiera de nosotros puede cometer el error de caminar, en el estacionamiento, en el paraje desolado, en cualquier lugar menos dentro de un estadio. No importa que los testigos en los hechos del sábado presenten evidencia de impactos de bala dentro de las instalaciones. ¡Fue afuera, fue afuera!, repite el corifeo oficial en los tres órdenes de gobierno. Otra vez: qué alivio, qué bueno que no fui al estadio.

La gente, todos lo sabemos, ubicamos calles y zonas de peligro, pero las autoridades no saben o simulan hacer. Zetas de Torreón contra Chapos de Gómez Palacio. Nadie puede asegurar, comprobar, desmentir, confirmar la leyenda urbana de estas ciudades del norte de México. Quiénes son, dónde están, cuántos son; preguntas que deberían ser respondidas por las autoridades que dicen ser competentes para responderlas a través de investigaciones e impedir con el imperio de la ley (así dicen) que sigan operando en el territorio ya no de Santos Modelo sino de toda la Comarca Lagunera y del país. A pesar de esas gravísimas carencias, en Coahuila debemos sentir orgullo porque en menos de media hora, un Fiscal ya tenía resuelta la investigación: el tiroteo se dio afuera. Fin. Además, son irresponsables todos aquellos que aporten pruebas de violencia documentada al interior del estadio. Un cristal impactado con proyectil de arma de fuego en palco de transmisión de Tv Azteca (entre otros) sin explicar: ¿cómo llegaron hasta ahí desde la carretera esa y otras balas mágicas? Controlar la información es vital para seguir ocultando la realidad.

El mensaje mediático del sábado por la tarde fue claro: sabemos que hay muertos, pero afuerita por favor. Adentro es el futbol, afuera las detonaciones de la inseguridad que todos sabemos (ironía, por favor) son cosa fea, desagradable.

¿Terrorismo? Tampoco. Esas cosas suceden justo en la ciudad del equipo visitante con una bomba arrojada contra gente inocente en un 15 de Septiembre, o bloqueos con coches incendiados en la misma Morelia o coches bomba en Cd. Juárez. En Torreón no, porque la inseguridad está afuera de los estadios y bueno…pueden perderse algunas balas en palcos que se cruzaron en su camino.

A los que no se les puede engañar son a todos aquellos que entraron a YouTube o buscaron información en redes sociales desde cualquier parte del mundo y observaron sin cortapisas cómo la violencia está muy adentro de México y no afuera de un estadio.




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