sábado, 26 de enero de 2008

Bukka White


Hay varios ejemplos en la historia de la música de blues que se prestan para un guión cinematográfico en donde se cumple lo inverosímil; negros sumidos en la pobreza, muchos de ellos con problemas ante la ley e incluso recluidos en la cárcel, son lo suficientemente hábiles para conseguir fama y fortuna producto de un “don” especial –para el caso “hacer” música-. El sueño americano hecho realidad. Después el mundo entero, cuando menos el que gusta del rock, y por si fuera poco, de raza blanca en su mayoría, rindiéndoles reconocimiento y homenaje.

Nombres ya he mencionado en post anteriores, pero habrá que agregar a esa lista de candidatos para héroes de película el de Booker T. Washington White. Primo de B.B. King y mejor conocido como Bukka White, el guitarrista y también vocalista cumple con ese estereotipo de los bluesmen convertidos en figuras individuales.

A Bukka White se le puede ubicar en diferentes etapas dentro de su trayectoria artística. La primera corresponde a la formativa dentro de lo que hoy se reconoce como el Delta Blues; un compositor con su guitarra campirana y con temas íntimamente relacionados con una cruel realidad personal: la prisión y la vida en el sur del río Mississippi con sus condiciones sociales de lamentables desintegraciones familiares. Blues como la expresión de una realidad compleja. Esa fue la temática para Bukka White en sus grabaciones –no en gran cantidad- que fueron recopiladas hasta mediados de los años treinta. Antes de ello, Bukka White no sabía si utilizar su cuerpo para dedicarse al box o jugar béisbol. Por sus primeros veinte años de vida el interés de tocar la guitarra sólo tenía la noble intención de conquistar mujeres. En eso andaba cuando conoció a la que sería una de las máximas leyendas de la guitarra en el blues: Charley Patton.

En su segunda etapa, Bukka White adquiere relevancia tanto como acompañante de Big Bill Broonzy, Bo Carter, Tommy McClennan, Big Joe Williams, Memphis Minnie o Washboard Sam, así como con el hecho de que deja una grabación para Lester Melrose que se convierte en éxito (Shake 'Em on Down) antes de que ingresara a la prisión durante un lapso de tres años. Al término de su estancia en la prisión estatal de Mississippi (1940), Bukka White regresa a Chicago para volver a grabar un total de 12 temas y posteriormente desaparecer del mundo alrededor de la industria del disco.

Es hasta 1963 cuando Bukka White se reincorpora al ambiente musical, al cual regresa en buena forma y con entusiasmo. Bob Dylan es uno de sus impulsores. El “oso” White, como algunos cariñosamente le decían, supo beneficiarse con el blues revival de los años sesenta aunque su máxima creatividad haya quedado registrada en su etapa coincidente con los años de prisión. Su estilo melódicamente simple pero rítmicamente complejo lo ubican como un grande de la guitarra slide que el mismo B.B. King reconoce como parte de su influencia.

Con Aberdeen Mississippi Blues, un corte posteado en un comentario anterior (Delta 3) sumado a tres tracks insertados aquí (Shake Em' on Down, Good Gin Blues y Drunk Man's Blues) se puede tener un breve recorrido por la aportación de Bukka White al blues.


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