sábado, 25 de septiembre de 2010

Gregor Samsa (Young and Old)

Hace varios post que éste monoblog no recibe la visita de música. Es un lujo poder dejar aquí una rola de la banda Gregor Samsa (nombre basado en el personaje principal de Metamorfosis de Franz Kafka). Aprovecho entonces la ocasión para dejar un video posteado originalmente en Facebook por Edith León. Son poco más de siete minutos que enseguida me remitieron a otra banda: Sigur Rós. No tuve que hacer mucho esfuerzo en la comparación. Luego de revisar algunos datos de la banda en Wikipedia lo único que hice fue confirmar mi apreciación. Ojalá y disfruten Young and Old, es para echar andar la imaginación. Por cierto, como sugerencia, súbanle al volumen.

lunes, 20 de septiembre de 2010

19 de septiembre: breve remembranza

El 17 es uno de los dos departamentos al fondo del segundo pasillo del 26 de Velázquez de León. 7 de la mañana, hora de despertar para la rutina. Prender el “boiler” y calentar el agua para la regadera. En un absurdo diseño de plomería el agua caliente tiene que recorrer una tubería de por lo menos 13 metros para llegar a la regadera del baño. Impensable hacer eso ahora. 

David duerme profundo, un año diez meses se lo permiten. Mary también no da señales de despertar; acompaña su sueño un ligerito ronquido (que nadie se lo diga). Me doy un pretexto para ganarme los clásicos cinco minutos y seguir en la cama. La rutina me deja percibir ese ruido motorizado de algún camión de pasajeros dando marcha, casi seguro, en el semáforo de la calle Alfonso Herrera. Es la Colonia San Rafael. 

Son pasadas de las siete y, según yo, no prendo el televisor para no hacer ruido; abro el closet buscando mi ropa del día. A mi derecha la luz clara de la mañana y la vista que me permite la ventana: el “nuevo” edificio de la Lotería Nacional y la emblemática Torre Latinoamericana. Parece difícil una postal como esa en el DF, pero aquel viejo departamento lo permite; en el horizonte no hay edificaciones que impidan mirar esa parte del centro de la ciudad. Además, en tiempo de calor, contamos con esa ventaja de casi siempre dormir con la cortina abierta e invitar así al viento fresco de la noche. No tener departamentos alrededor nos ayuda a evitar miradas de vecinos indiscretos. 

La memoria tiene trampas. No lo recuerdo con exactitud pero...Mary me dice que el televisor estaba encendido cuando todo comenzó. Debí cumplir con el rito matutino de prender la tele sin siquiera darme cuenta de ello. Apago el “boiler” que está en un pequeño espacio junto a la cocina en otro extremo del depa. Regreso a la cama y me recuesto encima de la cobija…No pasa mucho, son segundos. Lo primero que noto es un fuerte movimiento de la cama y como si me hubiera dado un golpe involuntario en la cabecera, siento un ligero mareo al tiempo que escucho a lo lejos algo semejante al tronar de un transformador eléctrico. Son segundos y acepto lo inevitable: está temblando. Nadie que lo haya vivido me dejará mentir: cruje el edificio. El piso de la recámara (duela de madera) también crepita y semeja las ramas secas que estallan por un imaginario fuego. No tengo que despertar a Mary, la intensidad del sismo se encarga de hacerlo. Éste temblor, nadie usa entonces terremoto, manifiesta su furia con ruidos atemorizantes. De inmediato percibimos que se une al terror el patente golpeteo de tanques de gas (la azotea está encima de nuestras cabezas) y las “jaulas” de la ropa parecen bailar una danza macabra. Aún con todos esos sonidos de espanto queremos aferrarnos a la razón. Estamos acostumbrados; va a pasar, va a pasar (nos repetimos a nosotros mismos). Y así lo verbalizo: “tranquila Mary, está temblando: ahorita pasa”. 

La cordura de Mary no tarda en aparecer: “¡Está muy fuerte Edy, párate!" Por un imperceptible instante pretendo seguir aferrado a la tradición del “va a pasar”. Miro con angustia el movimiento pendular del foco en el techo cuando la agilidad de Mary me regresa a la realidad. Brinco de la cama e intento poner las manos en el barandal de la cuna de David y es justo en ese momento cuando puedo describir una sensación parecida a tremenda borrachera; es una combinación entre movimiento sísmico, el miedo y un impulsivo salto que me hace dejar la cama. Por absurdo que parezca casi me caigo porque literalmente se movía todo. No soy consciente de ello hasta que casi me doy de bruces contra la cuna. No tardo en reaccionar y me afianzo en los barrotes para así poder tomar con seguridad a David. 

Luego el relato del desatino. No me critiquen. Eso “hicimos”. La irracionalidad de la ignorancia llevada al extremo de la creencia en los milagros. Nuestra pretendida audacia tan sólo nos llevó al marco de madera de esa puerta de entrada al cuarto de la recámara. Seguro que millones podemos compartir esa anécdota. No dimos para más. Ahí David regresa de un sueño placentero y pregunta con esa paz envidiable; “qué pasa papi” (sí, a su edad habla y muy bien). Mary haciendo lo propio con sus palabras de invocación divina. Y yo en mi diálogo interno: “esto se va a caer”. 

Los que podemos contar así aquel 19 de Septiembre les aseguramos a todos aquellos que nunca lo han experimentado nuestra certeza de evitar exageraciones. Es impresionante y de terror los momentos de mayor fuerza de un sismo como aquel de 1985. Por fortuna (y buena construcción) el edificio resistió.

Después de ese juego mecánico terrestre sufrido de manera involuntaria y tras un intenso estrés vino el silencio. También durante el temblor puedo asegurar que en mi entorno cercano nunca hubo gritos de vecinos. Al contrario, cuando paró el sismo el silencio fue casi total, cuando menos en el edificio donde nosotros estábamos. Las puertas de algunos departamentos tardaron un poco de tiempo en abrir y cuando lo hicieron fue de manera tímida. En cierto momento, no recuerdo quién era, una mujer mayor desde el primer pasillo nos gritó al resto de los vecinos: “buenos días, cómo están, ¿todos bien?” 

Esa mañana todavía tenía tintes de temblor fuerte, sí, pero con el desconocimiento de lo que después iríamos enterándonos. La tragedia de edificios colapsados nunca pasó por nuestra mente. La rutina de bañarme, vestirme, desayunar, siguió su trámite. Nadie teníamos energía eléctrica, por lo tanto no había noticias de radio o televisión que nos diera una idea de la magnitud de lo sucedido. El teléfono, tampoco lo sabíamos, no funcionaba. Aunque hubo algo que no encajaba con el patrón de lo conocido de temblores: una intensa columna de humo negro era notable desde la ventana de la recámara (después supimos, era el incendio del Hotel Regis). Además, el intenso y constante ulular de ambulancias no decía nada bueno. 

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Bicentenario: mi punto de vista

Las posiciones ideológicas encontradas no son estigma de México (o los todavía Estados Unidos Mexicanos) sino la insistencia de querer resolverlas a punta de agresiones, guerras, traiciones, asesinatos. No faltará el que se anticipe a decir que eso es condición humana. Tal vez, pero yo le replicaría que en contraste revise la Independencia de Canadá o Brasil para demostrar que no siempre es necesario matarse.

Para algunos es un irreverencia asegurar que el cura Miguel Hidalgo no tenía la menor intención de independizarse de España. Sin embargo, cómo negar ese hecho cuando la madrugada del 16 de Septiembre de 1810 grita entre sus arengas “Viva Fernando VII”.

En mi escuela primaria recibí la instrucción que a una parte del espectro ideológico convenía. Yo aprendí que Miguel Hidalgo y Costilla es el Padre de la Patria, punto. En aquel tiempo nunca se me dijo lo contrario. El nombre de Agustín de Iturbide tenía una vaga importancia, poco clara, emparentada al Ejército Trigarante y aquella bandera tricolor junto a la Consumación de la Independencia. Con lo anterior hago evidente mi paso por escuela pública. De niño no tenía la más remota idea de que alguien hace los libros de texto con una clara intención y de acuerdo a sus intereses. No es para nadie un secreto que eso es y era una educación paternalista en donde el profesor al frente tenía la verdad y los alumnos estaban para recibir dictado.

¿De verdad será primordial ponerse al lado de Hidalgo y gritar “mueran los gachupines”? ¿O México debe su independencia a la visión de Agustín de Iturbide coronándose convenientemente Emperador? Y entre esas dos posiciones extremas; ¿cual es la importancia de otro cura, José María Morelos, quien impulsó el Congreso de Anáhuac en 1813 que tuvo como consecuencia la primera Constitución y posteriormente la declaración de Independencia el 6 de noviembre de ese mismo año? ¿Cuántas independencias tuvimos y quiénes al paso del tiempo se las han ido apropiando o las han relegado al olvido?

Hasta ahora puedo constatar que independiente a la respuesta que se le diese a cada pregunta el que no estuviese de acuerdo con ella o ellas considerará al otro como un ignorante, adulador, oficialista, patriotero, traidor, oportunista, conservador, neoliberal, comunista, historicista, clerical, burgués, izquierdista, utopista, envidioso, fanático, caudillista, reaccionario, redentor, dogmático, surrealista…Todos adjetivos sacados no de mi imaginación sino del fácil y consultable supuesto “diálogo” entre intelectuales a propósito del mencionado Bicentenario (en donde todos se dicen, eso sí, orgullosos mexicanos, faltaba menos) que escriben para diferentes revistas de conocidos nombres (dícese por ejemplo Nexos, Letra Libres, Replicantes y anexas). Si México no sigue dividido entonces me declaro un ignorante.


Por qué no dejar el pleito arrabalero y aprovechamos el simbolismo de la fecha para conciliar lo circunstancial con lo sustancial de nuestra historia, como la historia de la humanidad en realidad ha sido así siempre. La mayoría hemos aceptado que no hay Historia en blanco y negro. Partamos de ahí.

Desde un punto de vista bloguero (que no modesto) me quedo con el cura Hidalgo como Padre de la Patria porque se aventó el tiro de enfrentar al poder establecido de la Nueva España y eso cuenta y cuenta mucho. No me queda duda que el religioso tenía su intención muy clara a favor de su ideología y de la lealtad al rey de España, por lo tanto la independencia de México no pasaba por su cabeza. Iturbide, en cambio, consumó la Independencia porque era un hombre de poder y sabía que para mantenerse ahí era necesario dar ese paso. Hasta ahí lo circunstancial.

Como mexicanos no hemos sabido aceptar el festejo anecdótico para pasar a lo sustancial: José María Morelos y Pavón. Olvidado porque siendo un ministro católico propuso fundar de a de veras una Nación con un Congreso Constituyente: imperdonable para unos. Para otros, Morelos era un compa buena onda libertaria pero tenía el “ligero” defecto de ser militante de la religión católica: desconfianza. Desconfianza, por cierto, que hasta hoy nos tiene divididos y seguimos sin encontrarle la cuadratura al círculo. Eso nos tiene en el capítulo Estado Laico, separación de la Iglesia y el Estado producto de las Leyes de Reforma. Sustancial.

Aceptemos esas contradicciones no ignorándolas sino comprendiéndolas. El México de las paradojas es rico en ejemplos, el asunto de la mercadotecnia bicentenaria lo confirma. Hoy la mayoría creyente católica del país coreará un grito que no fue de Independencia, mismo que la Iglesia condenó. La Virgen de Guadalupe estará ausente de los menciones. Hoy se festejará una independencia que consumó un realista.

Cohetes en lugar de balas siempre es mejor. No despreciemos el festejo, el jolgorio. Celebremos que hoy tenemos nuestra oportunidad de hacer la parte que nos corresponde para de verdad poder hablar de independencia económica en la diversidad política, cultural, social, de un México que no ha terminado la tarea de contar una historia digna para todos sus habitantes. No se necesita mirar muy lejos en el tiempo para darse cuenta de eso.

lunes, 13 de septiembre de 2010

¿Qué ciudades queremos?


Éste sábado pasado tuve una experiencia muy interesante por donde se quiera ver. Caminé junto con la tremenda Dafne (mi adorable hija) varias calles en el centro histórico del Distrito Federal. En algún momento de la tarde joven llegamos a la avenida Madero, por la Torre Latinoamericana, y apenas me di cuenta que ahora es exclusiva para tráfico peatonal.

Puedo decir que varias cosas me sorprendieron positivamente. Para quien no conozca el lugar habré de decir que a la altura del Sanborn’s de los Azulejos el nivel de la calle está ligeramente por encima del resto de las cuadras rumbo al Zócalo, de tal forma que es posible mirar la impresionante muchedumbre que circula por ahí. Me limitaré a describirlo de forma clásica: era como ver un río de gente. Cualquiera pudiera pensar que desconozco ese entorno citadino, al contrario; no me es ajeno. Sin embargo, cuando menos por la Avenida Madero, puedo asegurar que fue muy agradable caminar en la ciudad y escuchar, mirar, sentir, oler, detenerse, observar, platicar, todo ello gracias a que el espacio físico de la calle era propiedad de todos nosotros los que por ahí estábamos en ese momento. Don poderoso automóvil no estaba invitado a la fiesta.

Librerías, cafeterías, tiendas de ropa, joyerías, restaurantes, museos, hoteles, bancos, perfumerías, farmacias, panaderías, lo que cualquier ciudad debe tener para llamarse como tal, pero con una enorme diferencia comparándola con el centro de Torreón: todos con gran cantidad de clientes. Sí, es el centro de la ciudad de México; sí, es una calle peatonal; ¿y?

En qué parte hemos perdido el concepto de Ciudad. Cuándo se nos olvidó caminar. Qué significa recuperar espacios. Por qué dejamos que unos cuantos decidan qué se hace con nuestras calles, nuestra colonia, el barrio.

De no ser algo romántico hoy nadie pensaría, por ejemplo, en realizar un recorrido en carreta de Torreón a Saltillo, así que un viaje en auto o en autobús de pasajeros sería, sin duda, las opciones que cualquiera tomaría, es decir, nadie debería estar en contra del automóvil. Muy alejado de esa posición, lo mejor sería estar a favor de transporte alternativo y público que hoy son necesidades con carácter de urgente. Recordar que el tamaño de la mayoría de las ciudades del país aún permite diseñar políticas públicas para el desarrollo de ciclovías, transporte de pasajeros con un servicio digno y económico, calles exclusivas para el tránsito peatonal y todas aquellas opciones que nos hagan sentir, imaginar, vivir el entorno de y para las personas de carne y hueso que estudian, trabajan, conviven, se enamoran…Bueno, mejor dejo la palabra en el video de abajo a los que sí saben de planificación urbana, porque yo sólo sé que Dafne disfrutó gratamente el paseo.

martes, 7 de septiembre de 2010

Boletín Atole con el dedo


Boletín de prensa ANCA


* Que se abra el sistema. Para que NO haya más #atoleconeldedo por parte de la clase política actual, una reforma política ciudadana.

Iniciamos este recorrido al amparo del artículo 39 constitucional que dice:

“La soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo. Todo poder público dimana del pueblo y se instituye para beneficio de éste. El pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno.”

Quienes integramos la Asamblea Nacional Ciudadana somos una parte de los grupos civiles y personas que llamaron a anular intencionalmente el voto durante las pasadas elecciones federales. La protesta nació del deseo de vivir en una comunidad justa, equitativa y solidaria. El pasado 5 de julio de 2009, casi dos millones de personas manifestamos en las urnas nuestra profunda insatisfacción con el actual sistema político y de gobierno.

Hemos deliberado en cinco reuniones nacionales; hemos decidido ejercer nuestro poder ciudadano y participar en la transformación de México para hacer realidad el anhelo democrático y poner en el centro de toda representación política y toda acción de los gobiernos, a la ciudadanía, sus derechos, sus aspiraciones y sus necesidades.

Hay muchos motivos para nuestro descontento. Nos activamos porque nos preocupa la degradación de la calidad de vida, del patrimonio público y de nuestros ecosistemas; nos preocupa la disminución del bienestar, el aumento de la pobreza y la desigualdad. Nos activamos porque aún cuando sabemos que la mala calidad de la educación es uno de los problemas más graves del país, la inversión sigue sin ser suficiente y su gestión está en las manos más sucias y poderosas. Nos activamos porque nos desespera la corrupción, la impunidad y la inseguridad en las calles. También por la excesiva cantidad de recursos públicos que reciben y derrochan los partidos políticos y por el monopolio que las clases gobernantes tienen en la gestión de lo público.

Nos manifestamos porque al paso del tiempo es evidente que la clase política se las arregla para sólo dar atole con el dedo cada vez que tiene frente a sí la posibilidad de abrir el sistema.

Expresamos nuestro anhelo por una democracia con transparencia, rendición de cuentas, vigilancia social y participación ciudadana. La democracia consiste en la participación de todos en la toma de decisiones y se debe ejercer todos los días y en todos los lugares donde esté en juego el interés público; implica desde la vigilancia y el control del gasto público y, si es necesario, la sustitución de los gobernantes que hacen un uso deshonesto del erario; los ciudadanos debemos adquirir un mayor control para decidir la dirección del gasto público.

A la sociedad mexicana, a quienes votaron por un partido, se abstuvieron o anularon su voto, le comunicamos que la activación continuará hasta que los poderes constituidos (federales, estatales y municipales) sean elegidos con reglas democráticas que terminen de una vez por todas con la partidocracia, se comporten como manda la ley y se construyan los canales legales necesarios para garantizar la evaluación y el diseño de buenas políticas públicas que nos beneficien a todos. Vigilaremos que el comportamiento de los funcionarios públicos sea apegado al marco legal y que su actuación sea honesta y eficiente en su desempeño público. Queremos evitar que sigan privilegiando en sus decisiones a los poderes de la economía, de los medios de comunicación masiva, de la burocracia sindical, de los cacicazgos regionales, entre otros, que no fueron elegidos democráticamente. En una democracia, o cabemos todos o no cabe nadie.

En el entendido de que como ciudadanía tenemos que aprender a asumirnos como mandantes y corresponsables en la conducción del país, convocamos en primer lugar a la sociedad mexicana a unirse a una gran deliberación nacional.

La Asamblea Nacional Ciudadana ha convocado al “Aventón Ciudadano” en abril pasado y ahora al “Atole con el dedo” porque tenemos la convicción de que la discusión que hoy existe sobre la “reforma política” está siendo limitada por quienes hoy ocupan posiciones de poder. Creemos que esta discusión debe de ser más amplia, debe involucrar a más personas en todo el país, creemos que si el objetivo es cambiar las relaciones entre la sociedad y sus gobiernos, las decisiones no pueden tomarse sólo en beneficio del gobierno o de los partidos. Queremos que se abra el sistema.

La Asamblea Nacional Ciudadana, a través del “Aventón Ciudadano” y ahora con el “Atole con el dedo” promueve y asume que las decisiones públicas en nuestro país, se tienen que descentralizar. Es una forma de demostrar que somos muchas y muchos quienes desde nuestras comunidades, municipios, y ciudades queremos hacer algo para que las cosas sean diferentes a como hoy son.

Exigimos al Congreso de la Unión abrir espacios para escuchar, debatir y asumir las propuestas que emanen de todos los ámbitos de la sociedad mexicana, no sólo de los partidos políticos. No aceptaremos que nos vean la cara ni que nos den más atole con el dedo.
Considerando las iniciativas de reforma política presentadas por el conjunto de los actores políticos, supuestamente en respuesta a la exigencia ciudadana de mejorar la representación y ampliar la participación, nos pronunciamos:

I.Por la aprobación de una reforma que amplíe derechos ciudadanos y genere nuevos mecanismos de participación.

II.En contra de una reforma que cierre aún más el sistema y busque generar acuerdos o mayorías de manera ficticia, regresando al país a los tiempos del autoritarismo presidencial y el Congreso sometido.

En particular, coincidimos en promover:

1.Que se aprueben los mecanismos de participación ciudadana en los asuntos públicos, en especial, la iniciativa legislativa popular, el plebiscito, el referéndum, las acciones colectivas y el derecho de tutela de derechos básicos.

2.Que se reduzca el financiamiento público a los partidos políticos y se les obligue a la transparencia y la rendición de cuentas. Se propone la modificación de la fórmula de cálculo del financiamiento para que se multiplique el factor actual (65% del salario mínimo) por el número total de votos válidos emitidos en la elección anterior en lugar del padrón electoral, como está ahora.

3.Además exigimos que se elimine esta fórmula de la Constitución y que se establezca que los partidos políticos deben someterse a la Ley de Adquisiciones, Arrendamientos y Servicios del Sector Público y ser sujetos obligados de la Ley de Transparencia y ser fiscalizados no sólo por el IFE, sino también auditados por la Auditoría Superior de la Federación.

4.Que se aprueben las candidaturas independientes y que se posibilite la reelección consecutiva de legisladores y presidentes municipales, siempre y cuando haya reducción del financiamiento a los partidos, mecanismos de rendición de cuentas, se elimine el fuero en materia de delitos ordinarios o crimen organizado y se establezca un medio para la revocación del mandato.

También nos pronunciamos contra:

5.La pretensión de elevar los requisitos para mantener el registro y de establecer requisitos excesivos al registro de las candidaturas independientes, a la iniciativa legislativa, a la promoción de los medios de democracia directa como el plebiscito y el referéndum e incluso a la creación de nuevos partidos.

Estos son puntos de partida mínimos para corregir las fallas de nuestro sistema político; pero muchas otras cosas tienen que cambiar. Este es un paso más en nuestra activación, sólo un paso, pues nos hace falta democracia para ser el país que necesitamos y merecemos. En ella debemos incentivar y enseñar comportamientos democráticos, de civilidad y cooperación entre mexicanos.

Como ciudadanía necesitamos aprender a vivir en un ambiente democrático, pero no podemos alcanzarlo si no tenemos un marco legal que lo asegure. Los tiempos de los monólogos y el autoritarismo deben quedar atrás. Necesitamos una democracia flexible que, lejos de beneficiar a los poderosos, nos ayude a los mexicanos comunes a llevar las riendas de nuestro país. Vamos a construir una democracia en la que participemos todos.

Sobre el “Atole con el dedo”.

El 1 de Septiembre comenzó un nuevo periodo de sesiones en la LXI legislatura del Congreso de la Unión así como en los congresos locales de las entidades federativas. La LXI legislatura fue elegida en medio del movimiento del voto nulo que cuestionó el sistema político en su conjunto. Como reacción, todas las fuerzas políticas del país -incluyendo la Presidencia de la República- presentaron distintas iniciativas para concretar la llamada reforma política.

Una reforma política profunda y con enfoque ciudadano es urgente para reactivar la democracia en México.

En el “Atole con el dedo”, activistas a favor de que se abra el sistema político en México regresamos el atole con el dedo que legisladores y el Ejecutivo han dado a la ciudadanía bajo la promesa de realizar una reforma política que le beneficie a través de: la reducción del financiamiento público a los partidos políticos, su transparencia y rendición de cuentas; la instauración de mecanismos para darle valor jurídico al voto nulo; la instauración de mecanismos de democracia directa accesibles a la ciudadanía; la instauración de las candidaturas independientes y la eliminación de candados para la formación de partidos políticos; una reglamentación de las acciones colectivas en beneficio de la ciudadanía; y la reelección de presidentes municipales y legisladores.

Los legisladores y el Ejecutivo han hecho oídos sordos y promesas vacías, no han abierto sus puertas a un diálogo mucho más amplio y participativo con la ciudadanía con resultados concretos. Todos dicen estar preocupados por una reforma que incluya más a la ciudadanía pero ninguno a abanderarla y aprobarla. En términos coloquiales, nos están dando atole con el dedo.

La Asamblea Nacional Ciudadana, surgida a través del movimiento por el voto nulo y que agrupa a decenas de organizaciones ciudadanas, invita a regresarle ese atole a la clase política, a decirles que no estamos dispuestos a seguir tomando ese atole cuyos ingredientes son: intereses particulares, falta de transparencia en la toma de decisiones, poco interés en la ciudadanía y mucho en conservar sus privilegios. El mensaje es claro, el atole que se lo tomen ellos porque las y los ciudadanos ya no lo queremos.

Eventos similares se realizarán en los congresos locales durante las próximas semanas en los que la ciudadanía regresará el atole local que nos han dado. Por lo pronto el jueves 9 de septiembre en el Congreso de Jalisco y el 1 de octubre en el Congreso de Coahuila. En su oportunidad se hará del conocimiento de la comunidad los eventos que se realizarán en los demás congresos.

Asamblea Nacional Ciudadana “De la protesta a la propuesta”