Boletín de prensa ANCA
* Que se abra el sistema. Para que NO haya más #atoleconeldedo por parte de la clase política actual, una reforma política ciudadana.
Iniciamos este recorrido al amparo del artículo 39 constitucional que dice:
“La soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo. Todo poder público dimana del pueblo y se instituye para beneficio de éste. El pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno.”
Quienes integramos la Asamblea Nacional Ciudadana somos una parte de los grupos civiles y personas que llamaron a anular intencionalmente el voto durante las pasadas elecciones federales. La protesta nació del deseo de vivir en una comunidad justa, equitativa y solidaria. El pasado 5 de julio de 2009, casi dos millones de personas manifestamos en las urnas nuestra profunda insatisfacción con el actual sistema político y de gobierno.
Hemos deliberado en cinco reuniones nacionales; hemos decidido ejercer nuestro poder ciudadano y participar en la transformación de México para hacer realidad el anhelo democrático y poner en el centro de toda representación política y toda acción de los gobiernos, a la ciudadanía, sus derechos, sus aspiraciones y sus necesidades.
Hay muchos motivos para nuestro descontento. Nos activamos porque nos preocupa la degradación de la calidad de vida, del patrimonio público y de nuestros ecosistemas; nos preocupa la disminución del bienestar, el aumento de la pobreza y la desigualdad. Nos activamos porque aún cuando sabemos que la mala calidad de la educación es uno de los problemas más graves del país, la inversión sigue sin ser suficiente y su gestión está en las manos más sucias y poderosas. Nos activamos porque nos desespera la corrupción, la impunidad y la inseguridad en las calles. También por la excesiva cantidad de recursos públicos que reciben y derrochan los partidos políticos y por el monopolio que las clases gobernantes tienen en la gestión de lo público.
Nos manifestamos porque al paso del tiempo es evidente que la clase política se las arregla para sólo dar atole con el dedo cada vez que tiene frente a sí la posibilidad de abrir el sistema.
Expresamos nuestro anhelo por una democracia con transparencia, rendición de cuentas, vigilancia social y participación ciudadana. La democracia consiste en la participación de todos en la toma de decisiones y se debe ejercer todos los días y en todos los lugares donde esté en juego el interés público; implica desde la vigilancia y el control del gasto público y, si es necesario, la sustitución de los gobernantes que hacen un uso deshonesto del erario; los ciudadanos debemos adquirir un mayor control para decidir la dirección del gasto público.
A la sociedad mexicana, a quienes votaron por un partido, se abstuvieron o anularon su voto, le comunicamos que la activación continuará hasta que los poderes constituidos (federales, estatales y municipales) sean elegidos con reglas democráticas que terminen de una vez por todas con la partidocracia, se comporten como manda la ley y se construyan los canales legales necesarios para garantizar la evaluación y el diseño de buenas políticas públicas que nos beneficien a todos. Vigilaremos que el comportamiento de los funcionarios públicos sea apegado al marco legal y que su actuación sea honesta y eficiente en su desempeño público. Queremos evitar que sigan privilegiando en sus decisiones a los poderes de la economía, de los medios de comunicación masiva, de la burocracia sindical, de los cacicazgos regionales, entre otros, que no fueron elegidos democráticamente. En una democracia, o cabemos todos o no cabe nadie.
En el entendido de que como ciudadanía tenemos que aprender a asumirnos como mandantes y corresponsables en la conducción del país, convocamos en primer lugar a la sociedad mexicana a unirse a una gran deliberación nacional.
La Asamblea Nacional Ciudadana ha convocado al “Aventón Ciudadano” en abril pasado y ahora al “Atole con el dedo” porque tenemos la convicción de que la discusión que hoy existe sobre la “reforma política” está siendo limitada por quienes hoy ocupan posiciones de poder. Creemos que esta discusión debe de ser más amplia, debe involucrar a más personas en todo el país, creemos que si el objetivo es cambiar las relaciones entre la sociedad y sus gobiernos, las decisiones no pueden tomarse sólo en beneficio del gobierno o de los partidos. Queremos que se abra el sistema.
La Asamblea Nacional Ciudadana, a través del “Aventón Ciudadano” y ahora con el “Atole con el dedo” promueve y asume que las decisiones públicas en nuestro país, se tienen que descentralizar. Es una forma de demostrar que somos muchas y muchos quienes desde nuestras comunidades, municipios, y ciudades queremos hacer algo para que las cosas sean diferentes a como hoy son.
Exigimos al Congreso de la Unión abrir espacios para escuchar, debatir y asumir las propuestas que emanen de todos los ámbitos de la sociedad mexicana, no sólo de los partidos políticos. No aceptaremos que nos vean la cara ni que nos den más atole con el dedo.
Considerando las iniciativas de reforma política presentadas por el conjunto de los actores políticos, supuestamente en respuesta a la exigencia ciudadana de mejorar la representación y ampliar la participación, nos pronunciamos:
I.Por la aprobación de una reforma que amplíe derechos ciudadanos y genere nuevos mecanismos de participación.
II.En contra de una reforma que cierre aún más el sistema y busque generar acuerdos o mayorías de manera ficticia, regresando al país a los tiempos del autoritarismo presidencial y el Congreso sometido.
En particular, coincidimos en promover:
1.Que se aprueben los mecanismos de participación ciudadana en los asuntos públicos, en especial, la iniciativa legislativa popular, el plebiscito, el referéndum, las acciones colectivas y el derecho de tutela de derechos básicos.
2.Que se reduzca el financiamiento público a los partidos políticos y se les obligue a la transparencia y la rendición de cuentas. Se propone la modificación de la fórmula de cálculo del financiamiento para que se multiplique el factor actual (65% del salario mínimo) por el número total de votos válidos emitidos en la elección anterior en lugar del padrón electoral, como está ahora.
3.Además exigimos que se elimine esta fórmula de la Constitución y que se establezca que los partidos políticos deben someterse a la Ley de Adquisiciones, Arrendamientos y Servicios del Sector Público y ser sujetos obligados de la Ley de Transparencia y ser fiscalizados no sólo por el IFE, sino también auditados por la Auditoría Superior de la Federación.
4.Que se aprueben las candidaturas independientes y que se posibilite la reelección consecutiva de legisladores y presidentes municipales, siempre y cuando haya reducción del financiamiento a los partidos, mecanismos de rendición de cuentas, se elimine el fuero en materia de delitos ordinarios o crimen organizado y se establezca un medio para la revocación del mandato.
También nos pronunciamos contra:
5.La pretensión de elevar los requisitos para mantener el registro y de establecer requisitos excesivos al registro de las candidaturas independientes, a la iniciativa legislativa, a la promoción de los medios de democracia directa como el plebiscito y el referéndum e incluso a la creación de nuevos partidos.
Estos son puntos de partida mínimos para corregir las fallas de nuestro sistema político; pero muchas otras cosas tienen que cambiar. Este es un paso más en nuestra activación, sólo un paso, pues nos hace falta democracia para ser el país que necesitamos y merecemos. En ella debemos incentivar y enseñar comportamientos democráticos, de civilidad y cooperación entre mexicanos.
Como ciudadanía necesitamos aprender a vivir en un ambiente democrático, pero no podemos alcanzarlo si no tenemos un marco legal que lo asegure. Los tiempos de los monólogos y el autoritarismo deben quedar atrás. Necesitamos una democracia flexible que, lejos de beneficiar a los poderosos, nos ayude a los mexicanos comunes a llevar las riendas de nuestro país. Vamos a construir una democracia en la que participemos todos.
Sobre el “Atole con el dedo”.
El 1 de Septiembre comenzó un nuevo periodo de sesiones en la LXI legislatura del Congreso de la Unión así como en los congresos locales de las entidades federativas. La LXI legislatura fue elegida en medio del movimiento del voto nulo que cuestionó el sistema político en su conjunto. Como reacción, todas las fuerzas políticas del país -incluyendo la Presidencia de la República- presentaron distintas iniciativas para concretar la llamada reforma política.
Una reforma política profunda y con enfoque ciudadano es urgente para reactivar la democracia en México.
En el “Atole con el dedo”, activistas a favor de que se abra el sistema político en México regresamos el atole con el dedo que legisladores y el Ejecutivo han dado a la ciudadanía bajo la promesa de realizar una reforma política que le beneficie a través de: la reducción del financiamiento público a los partidos políticos, su transparencia y rendición de cuentas; la instauración de mecanismos para darle valor jurídico al voto nulo; la instauración de mecanismos de democracia directa accesibles a la ciudadanía; la instauración de las candidaturas independientes y la eliminación de candados para la formación de partidos políticos; una reglamentación de las acciones colectivas en beneficio de la ciudadanía; y la reelección de presidentes municipales y legisladores.
Los legisladores y el Ejecutivo han hecho oídos sordos y promesas vacías, no han abierto sus puertas a un diálogo mucho más amplio y participativo con la ciudadanía con resultados concretos. Todos dicen estar preocupados por una reforma que incluya más a la ciudadanía pero ninguno a abanderarla y aprobarla. En términos coloquiales, nos están dando atole con el dedo.
La Asamblea Nacional Ciudadana, surgida a través del movimiento por el voto nulo y que agrupa a decenas de organizaciones ciudadanas, invita a regresarle ese atole a la clase política, a decirles que no estamos dispuestos a seguir tomando ese atole cuyos ingredientes son: intereses particulares, falta de transparencia en la toma de decisiones, poco interés en la ciudadanía y mucho en conservar sus privilegios. El mensaje es claro, el atole que se lo tomen ellos porque las y los ciudadanos ya no lo queremos.
Eventos similares se realizarán en los congresos locales durante las próximas semanas en los que la ciudadanía regresará el atole local que nos han dado. Por lo pronto el jueves 9 de septiembre en el Congreso de Jalisco y el 1 de octubre en el Congreso de Coahuila. En su oportunidad se hará del conocimiento de la comunidad los eventos que se realizarán en los demás congresos.
Asamblea Nacional Ciudadana “De la protesta a la propuesta”
* Que se abra el sistema. Para que NO haya más #atoleconeldedo por parte de la clase política actual, una reforma política ciudadana.
Iniciamos este recorrido al amparo del artículo 39 constitucional que dice:
“La soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo. Todo poder público dimana del pueblo y se instituye para beneficio de éste. El pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno.”
Quienes integramos la Asamblea Nacional Ciudadana somos una parte de los grupos civiles y personas que llamaron a anular intencionalmente el voto durante las pasadas elecciones federales. La protesta nació del deseo de vivir en una comunidad justa, equitativa y solidaria. El pasado 5 de julio de 2009, casi dos millones de personas manifestamos en las urnas nuestra profunda insatisfacción con el actual sistema político y de gobierno.
Hemos deliberado en cinco reuniones nacionales; hemos decidido ejercer nuestro poder ciudadano y participar en la transformación de México para hacer realidad el anhelo democrático y poner en el centro de toda representación política y toda acción de los gobiernos, a la ciudadanía, sus derechos, sus aspiraciones y sus necesidades.
Hay muchos motivos para nuestro descontento. Nos activamos porque nos preocupa la degradación de la calidad de vida, del patrimonio público y de nuestros ecosistemas; nos preocupa la disminución del bienestar, el aumento de la pobreza y la desigualdad. Nos activamos porque aún cuando sabemos que la mala calidad de la educación es uno de los problemas más graves del país, la inversión sigue sin ser suficiente y su gestión está en las manos más sucias y poderosas. Nos activamos porque nos desespera la corrupción, la impunidad y la inseguridad en las calles. También por la excesiva cantidad de recursos públicos que reciben y derrochan los partidos políticos y por el monopolio que las clases gobernantes tienen en la gestión de lo público.
Nos manifestamos porque al paso del tiempo es evidente que la clase política se las arregla para sólo dar atole con el dedo cada vez que tiene frente a sí la posibilidad de abrir el sistema.
Expresamos nuestro anhelo por una democracia con transparencia, rendición de cuentas, vigilancia social y participación ciudadana. La democracia consiste en la participación de todos en la toma de decisiones y se debe ejercer todos los días y en todos los lugares donde esté en juego el interés público; implica desde la vigilancia y el control del gasto público y, si es necesario, la sustitución de los gobernantes que hacen un uso deshonesto del erario; los ciudadanos debemos adquirir un mayor control para decidir la dirección del gasto público.
A la sociedad mexicana, a quienes votaron por un partido, se abstuvieron o anularon su voto, le comunicamos que la activación continuará hasta que los poderes constituidos (federales, estatales y municipales) sean elegidos con reglas democráticas que terminen de una vez por todas con la partidocracia, se comporten como manda la ley y se construyan los canales legales necesarios para garantizar la evaluación y el diseño de buenas políticas públicas que nos beneficien a todos. Vigilaremos que el comportamiento de los funcionarios públicos sea apegado al marco legal y que su actuación sea honesta y eficiente en su desempeño público. Queremos evitar que sigan privilegiando en sus decisiones a los poderes de la economía, de los medios de comunicación masiva, de la burocracia sindical, de los cacicazgos regionales, entre otros, que no fueron elegidos democráticamente. En una democracia, o cabemos todos o no cabe nadie.
En el entendido de que como ciudadanía tenemos que aprender a asumirnos como mandantes y corresponsables en la conducción del país, convocamos en primer lugar a la sociedad mexicana a unirse a una gran deliberación nacional.
La Asamblea Nacional Ciudadana ha convocado al “Aventón Ciudadano” en abril pasado y ahora al “Atole con el dedo” porque tenemos la convicción de que la discusión que hoy existe sobre la “reforma política” está siendo limitada por quienes hoy ocupan posiciones de poder. Creemos que esta discusión debe de ser más amplia, debe involucrar a más personas en todo el país, creemos que si el objetivo es cambiar las relaciones entre la sociedad y sus gobiernos, las decisiones no pueden tomarse sólo en beneficio del gobierno o de los partidos. Queremos que se abra el sistema.
La Asamblea Nacional Ciudadana, a través del “Aventón Ciudadano” y ahora con el “Atole con el dedo” promueve y asume que las decisiones públicas en nuestro país, se tienen que descentralizar. Es una forma de demostrar que somos muchas y muchos quienes desde nuestras comunidades, municipios, y ciudades queremos hacer algo para que las cosas sean diferentes a como hoy son.
Exigimos al Congreso de la Unión abrir espacios para escuchar, debatir y asumir las propuestas que emanen de todos los ámbitos de la sociedad mexicana, no sólo de los partidos políticos. No aceptaremos que nos vean la cara ni que nos den más atole con el dedo.
Considerando las iniciativas de reforma política presentadas por el conjunto de los actores políticos, supuestamente en respuesta a la exigencia ciudadana de mejorar la representación y ampliar la participación, nos pronunciamos:
I.Por la aprobación de una reforma que amplíe derechos ciudadanos y genere nuevos mecanismos de participación.
II.En contra de una reforma que cierre aún más el sistema y busque generar acuerdos o mayorías de manera ficticia, regresando al país a los tiempos del autoritarismo presidencial y el Congreso sometido.
En particular, coincidimos en promover:
1.Que se aprueben los mecanismos de participación ciudadana en los asuntos públicos, en especial, la iniciativa legislativa popular, el plebiscito, el referéndum, las acciones colectivas y el derecho de tutela de derechos básicos.
2.Que se reduzca el financiamiento público a los partidos políticos y se les obligue a la transparencia y la rendición de cuentas. Se propone la modificación de la fórmula de cálculo del financiamiento para que se multiplique el factor actual (65% del salario mínimo) por el número total de votos válidos emitidos en la elección anterior en lugar del padrón electoral, como está ahora.
3.Además exigimos que se elimine esta fórmula de la Constitución y que se establezca que los partidos políticos deben someterse a la Ley de Adquisiciones, Arrendamientos y Servicios del Sector Público y ser sujetos obligados de la Ley de Transparencia y ser fiscalizados no sólo por el IFE, sino también auditados por la Auditoría Superior de la Federación.
4.Que se aprueben las candidaturas independientes y que se posibilite la reelección consecutiva de legisladores y presidentes municipales, siempre y cuando haya reducción del financiamiento a los partidos, mecanismos de rendición de cuentas, se elimine el fuero en materia de delitos ordinarios o crimen organizado y se establezca un medio para la revocación del mandato.
También nos pronunciamos contra:
5.La pretensión de elevar los requisitos para mantener el registro y de establecer requisitos excesivos al registro de las candidaturas independientes, a la iniciativa legislativa, a la promoción de los medios de democracia directa como el plebiscito y el referéndum e incluso a la creación de nuevos partidos.
Estos son puntos de partida mínimos para corregir las fallas de nuestro sistema político; pero muchas otras cosas tienen que cambiar. Este es un paso más en nuestra activación, sólo un paso, pues nos hace falta democracia para ser el país que necesitamos y merecemos. En ella debemos incentivar y enseñar comportamientos democráticos, de civilidad y cooperación entre mexicanos.
Como ciudadanía necesitamos aprender a vivir en un ambiente democrático, pero no podemos alcanzarlo si no tenemos un marco legal que lo asegure. Los tiempos de los monólogos y el autoritarismo deben quedar atrás. Necesitamos una democracia flexible que, lejos de beneficiar a los poderosos, nos ayude a los mexicanos comunes a llevar las riendas de nuestro país. Vamos a construir una democracia en la que participemos todos.
Sobre el “Atole con el dedo”.
El 1 de Septiembre comenzó un nuevo periodo de sesiones en la LXI legislatura del Congreso de la Unión así como en los congresos locales de las entidades federativas. La LXI legislatura fue elegida en medio del movimiento del voto nulo que cuestionó el sistema político en su conjunto. Como reacción, todas las fuerzas políticas del país -incluyendo la Presidencia de la República- presentaron distintas iniciativas para concretar la llamada reforma política.
Una reforma política profunda y con enfoque ciudadano es urgente para reactivar la democracia en México.
En el “Atole con el dedo”, activistas a favor de que se abra el sistema político en México regresamos el atole con el dedo que legisladores y el Ejecutivo han dado a la ciudadanía bajo la promesa de realizar una reforma política que le beneficie a través de: la reducción del financiamiento público a los partidos políticos, su transparencia y rendición de cuentas; la instauración de mecanismos para darle valor jurídico al voto nulo; la instauración de mecanismos de democracia directa accesibles a la ciudadanía; la instauración de las candidaturas independientes y la eliminación de candados para la formación de partidos políticos; una reglamentación de las acciones colectivas en beneficio de la ciudadanía; y la reelección de presidentes municipales y legisladores.
Los legisladores y el Ejecutivo han hecho oídos sordos y promesas vacías, no han abierto sus puertas a un diálogo mucho más amplio y participativo con la ciudadanía con resultados concretos. Todos dicen estar preocupados por una reforma que incluya más a la ciudadanía pero ninguno a abanderarla y aprobarla. En términos coloquiales, nos están dando atole con el dedo.
La Asamblea Nacional Ciudadana, surgida a través del movimiento por el voto nulo y que agrupa a decenas de organizaciones ciudadanas, invita a regresarle ese atole a la clase política, a decirles que no estamos dispuestos a seguir tomando ese atole cuyos ingredientes son: intereses particulares, falta de transparencia en la toma de decisiones, poco interés en la ciudadanía y mucho en conservar sus privilegios. El mensaje es claro, el atole que se lo tomen ellos porque las y los ciudadanos ya no lo queremos.
Eventos similares se realizarán en los congresos locales durante las próximas semanas en los que la ciudadanía regresará el atole local que nos han dado. Por lo pronto el jueves 9 de septiembre en el Congreso de Jalisco y el 1 de octubre en el Congreso de Coahuila. En su oportunidad se hará del conocimiento de la comunidad los eventos que se realizarán en los demás congresos.
Asamblea Nacional Ciudadana “De la protesta a la propuesta”
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