Por razón personal es de mi interés conocer que a partir de hoy Canadá exige requisito de visa para mexicanos. He buscado la noticia y algunos datos para enterarme hasta donde sea posible cuál fue la causa para esa decisión del gobierno canadiense.
En primer lugar, cada país es soberano para decidir quién entra y en qué condiciones migratorias lo hace. Canadá decidió imponer requisito de visa a los mexicanos que ingresen a su territorio. En segundo término, el gobierno de ese país expone como razón principal el abuso de parte de muchos mexicanos para solicitar condición de refugiados. Me entero por comunicado oficial de la embajada canadiense en nuestro país de lo siguiente: “Desde 2005, el número de mexicanos que solicitan la condición de refugiados casi se ha triplicado, de alrededor de 3,400 en 2005 a más de 9,400 en 2008, cuando los mexicanos representaron más del 25 por ciento de las solicitudes de refugio presentadas en Canadá. La tendencia ha continuado en la primera mitad de este año, con más de 5,500 solicitudes recibidas hasta el 30 de junio, comparadas con aproximadamente 3,700 para el mismo periodo hace un año.” La gráfica de abajo, según datos de la misma embajada canadiense, es muy precisa para entender el porqué de la posición adoptada (solicitar visa a mexicanos) y con ello intentar detener el problema.
Desde hace aproximadamente tres meses el gobierno canadiense solicitó vía diplomática para que autoridades mexicanas investigaran y en su caso sancionaran a empresas e individuos nacionales que de manera ilegal usaban y abusaban del beneficio migratorio de condiciòn de refugio y con ello estafar a ciudadanos mexicanos. El gobierno de nuestro país, a través de la cancillería, acepta el hecho en un escueto comunicado donde me interesa resaltar que “…ha mantenido consultas con sus homólogos canadienses con el propósito de analizar diversas medidas para atender el problema de las ‘solicitudes fraudulentas’.” Es decir, México hizo caso omiso al llamado de Canadá para atender su solicitud. Hasta ahí lo oficial.
Varios años atrás Canadá viene utilizando mano de obra mexicana por convenios establecidos formalmente entre ambos países. En el comunicado de prensa de la embajada canadiense para solicitar visa a mexicanos se reconoce en un párrafo el mutuo beneficio tanto para Canadá como para los trabajadores migratorios mexicanos y de paso se hace una breve alusión de la situación económica a nivel mundial: “El Gobierno de Canadá también reconoce que, en estos tiempos de incertidumbre económica mundial, el Programa de Trabajadores Extranjeros Temporales proporciona a muchas empresas canadienses los empleados que necesitan para seguir siendo competitivas, mientras les dan al mismo tiempo una oportunidad a muchos mexicanos de mantener a sus familias con los ingresos obtenidos en Canadá, y tomaremos medidas para que el flujo de esos trabajadores no sea alterado.”
En apariencia, 1) México ignoró a Canadá con el problema del fraude en solicitudes migratorias de condición de refugiados; 2) En estos tiempos de crisis económica mundial, Canadá, al no solicitar visa para mexicanos, está recibiendo una fuerte presión migratoria de nuestro país; 3) Como siempre, el gobierno mexicano se beneficia con una válvula de escape para el desempleo y recibe remesas en divisa extranjera, en este caso producto de mexicanos trabajando en Canadá y 4) El gobierno canadiense utiliza un argumento legítimo para frenar la migración no deseable e ilegal de mexicanos.
Canadá, sin duda, es país de primer mundo. Su sistema económico es envidiable. México en cambio, bueno…El caso es que varios vivales encontraron un hoyo en el sistema migratorio canadiense y llenaron el buche de piedritas a las autoridades de aquel país. Hay varios relatos en la red que confirman cómo se abusaba de la condición de refugiados. El cinismo a la mexicana se puede encontrar en algunas historias que describen a las autoridades migratorias de los canadienses como si estas fueran idiotas (así hay gente que lo escribe en algunos foros). Habrá que preguntar ahora quién resultó el idiota.
Aunque el anuncio unilateral de la embajada de Canadá en México es precipitado, puesto que debe haber personas en tránsito y de buena fe para viajar a ese país sin doble intención; la decisión es hasta cierto punto comprensible. Quizá nuestra ineficiente Secretaría de Relaciones Exteriores logré que se dé mayor plazo a la fecha de requisito de visa o mejor aún (casi imposible) revierta la decisión y se ponga a trabajar, ahora sí, contra los fraudes en el uso de visas para refugiados. Por lo pronto todo parece indicar que nuestra cancillería no hizo su trabajo y ahora entrega cuentas con un niño ahogado, una vez más.
En primer lugar, cada país es soberano para decidir quién entra y en qué condiciones migratorias lo hace. Canadá decidió imponer requisito de visa a los mexicanos que ingresen a su territorio. En segundo término, el gobierno de ese país expone como razón principal el abuso de parte de muchos mexicanos para solicitar condición de refugiados. Me entero por comunicado oficial de la embajada canadiense en nuestro país de lo siguiente: “Desde 2005, el número de mexicanos que solicitan la condición de refugiados casi se ha triplicado, de alrededor de 3,400 en 2005 a más de 9,400 en 2008, cuando los mexicanos representaron más del 25 por ciento de las solicitudes de refugio presentadas en Canadá. La tendencia ha continuado en la primera mitad de este año, con más de 5,500 solicitudes recibidas hasta el 30 de junio, comparadas con aproximadamente 3,700 para el mismo periodo hace un año.” La gráfica de abajo, según datos de la misma embajada canadiense, es muy precisa para entender el porqué de la posición adoptada (solicitar visa a mexicanos) y con ello intentar detener el problema.
Desde hace aproximadamente tres meses el gobierno canadiense solicitó vía diplomática para que autoridades mexicanas investigaran y en su caso sancionaran a empresas e individuos nacionales que de manera ilegal usaban y abusaban del beneficio migratorio de condiciòn de refugio y con ello estafar a ciudadanos mexicanos. El gobierno de nuestro país, a través de la cancillería, acepta el hecho en un escueto comunicado donde me interesa resaltar que “…ha mantenido consultas con sus homólogos canadienses con el propósito de analizar diversas medidas para atender el problema de las ‘solicitudes fraudulentas’.” Es decir, México hizo caso omiso al llamado de Canadá para atender su solicitud. Hasta ahí lo oficial.
Varios años atrás Canadá viene utilizando mano de obra mexicana por convenios establecidos formalmente entre ambos países. En el comunicado de prensa de la embajada canadiense para solicitar visa a mexicanos se reconoce en un párrafo el mutuo beneficio tanto para Canadá como para los trabajadores migratorios mexicanos y de paso se hace una breve alusión de la situación económica a nivel mundial: “El Gobierno de Canadá también reconoce que, en estos tiempos de incertidumbre económica mundial, el Programa de Trabajadores Extranjeros Temporales proporciona a muchas empresas canadienses los empleados que necesitan para seguir siendo competitivas, mientras les dan al mismo tiempo una oportunidad a muchos mexicanos de mantener a sus familias con los ingresos obtenidos en Canadá, y tomaremos medidas para que el flujo de esos trabajadores no sea alterado.”
En apariencia, 1) México ignoró a Canadá con el problema del fraude en solicitudes migratorias de condición de refugiados; 2) En estos tiempos de crisis económica mundial, Canadá, al no solicitar visa para mexicanos, está recibiendo una fuerte presión migratoria de nuestro país; 3) Como siempre, el gobierno mexicano se beneficia con una válvula de escape para el desempleo y recibe remesas en divisa extranjera, en este caso producto de mexicanos trabajando en Canadá y 4) El gobierno canadiense utiliza un argumento legítimo para frenar la migración no deseable e ilegal de mexicanos.
Canadá, sin duda, es país de primer mundo. Su sistema económico es envidiable. México en cambio, bueno…El caso es que varios vivales encontraron un hoyo en el sistema migratorio canadiense y llenaron el buche de piedritas a las autoridades de aquel país. Hay varios relatos en la red que confirman cómo se abusaba de la condición de refugiados. El cinismo a la mexicana se puede encontrar en algunas historias que describen a las autoridades migratorias de los canadienses como si estas fueran idiotas (así hay gente que lo escribe en algunos foros). Habrá que preguntar ahora quién resultó el idiota.
Aunque el anuncio unilateral de la embajada de Canadá en México es precipitado, puesto que debe haber personas en tránsito y de buena fe para viajar a ese país sin doble intención; la decisión es hasta cierto punto comprensible. Quizá nuestra ineficiente Secretaría de Relaciones Exteriores logré que se dé mayor plazo a la fecha de requisito de visa o mejor aún (casi imposible) revierta la decisión y se ponga a trabajar, ahora sí, contra los fraudes en el uso de visas para refugiados. Por lo pronto todo parece indicar que nuestra cancillería no hizo su trabajo y ahora entrega cuentas con un niño ahogado, una vez más.
2 comentarios:
Buen Día, Gracias por el enlace a la historia de "Romina".
Creo que Canadá pago el precio de su ingenuidad. En un país donde se cree en tu palabra hasta que demuestres lo contrario, es muy simple a veces para nuestra cultura latina encontrar rápidamente como abusar. Tarde o temprano, como ha sucedido con este tema, Canadá termina dándose cuenta del error que ha cometido y debe tomar estas medidas antipáticas pero, pareciera, necesarias. Lo mismo deben estar hablando los Checos en este momento, que hasta han decidido retirar a su embajador... MX hará lo mismo?
Saludos...
Tengo familiares y amigos que confirman lo que dices Guillermo; en Canadá las autoridades están obligadas a creer en tu palabra hasta que demuestres lo contrario.
Aquí algunos despistados están pidiendo reciprocidad para los nacionales de Canadá (pedirles también visa). Me parece que coincidimos; no es una cuestión de patrioterismo, es un problema cultural mucho muy complejo el que tenemos en México.
Gracias por la visita. Un saludo.
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