Avenida Matamoros y Calle Acuña, intersección adonde se ubican las instalaciones del diario local El Siglo de Torreón. Casi todos los días paso por esa esquina, tan sólo a unos cuarenta metros sobre la Acuña tenemos un pequeño negocio familiar. Hoy por la mañana, sin saber nada de lo acontecido, me llamó la atención ver la fachada del Siglo sin sus ventanales y con la cortina metálica fuera de su lugar. Dentro de mi rutina diaria está consultar las noticias locales vía Internet y entonces comprendí la anomalía que había observado en el frente del periódico.
De varios meses a la fecha todos los residentes aquí en La Laguna sabemos que estamos en medio de una zona de guerra. En apariencia nuestras garantías individuales siguen vigentes, según la Constitución, pero en la práctica vivimos un simulado estado de sitio. Sé que suena exagerado y me gustaría estar equivocado, sería el primero en reconocerlo. Por desgracia no es así.
Hace unos días todos los domicilios de la colonia Valle del Nazas en Gómez Palacio fueron inspeccionados por elementos del ejército contraviniendo los más elementales derechos ciudadanos. He sabido que en otros lugares de La Laguna ha sucedido lo mismo y nadie dice nada. Tampoco sé si sirve de algo expresarlo aquí, pero cuando menos no me quedo con esa espinita de manifestar mi desacuerdo.
De una guerra en lo que todos quedamos expuestos y corremos el peligro de estar en el lugar y la hora equivocados, encima tenemos una serie de operativos militares fuera de todo orden constitucional, y lo peor, no hay una autoridad responsable que nos garantice seguridad; pregúntesele al Siglo de Torreón si obtendrá justicia y encontrará a los culpables del atentado. Eso para una empresa mediática y con poder económico; qué nos espera a los ciudadanos de a pie.
De varios meses a la fecha todos los residentes aquí en La Laguna sabemos que estamos en medio de una zona de guerra. En apariencia nuestras garantías individuales siguen vigentes, según la Constitución, pero en la práctica vivimos un simulado estado de sitio. Sé que suena exagerado y me gustaría estar equivocado, sería el primero en reconocerlo. Por desgracia no es así.
Hace unos días todos los domicilios de la colonia Valle del Nazas en Gómez Palacio fueron inspeccionados por elementos del ejército contraviniendo los más elementales derechos ciudadanos. He sabido que en otros lugares de La Laguna ha sucedido lo mismo y nadie dice nada. Tampoco sé si sirve de algo expresarlo aquí, pero cuando menos no me quedo con esa espinita de manifestar mi desacuerdo.
De una guerra en lo que todos quedamos expuestos y corremos el peligro de estar en el lugar y la hora equivocados, encima tenemos una serie de operativos militares fuera de todo orden constitucional, y lo peor, no hay una autoridad responsable que nos garantice seguridad; pregúntesele al Siglo de Torreón si obtendrá justicia y encontrará a los culpables del atentado. Eso para una empresa mediática y con poder económico; qué nos espera a los ciudadanos de a pie.
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