domingo, 17 de mayo de 2009

Qué bonitas familias

Las declaraciones del ex presidente Miguel De la Madrid en un programa de radio de la periodista Carmen Aristegui dejan dos lecciones. La primera es para aprender sobre el buen periodismo (sigue la pista del dinero) y la segunda es para confirmar quiénes son los verdaderos capos en México.

Que Miguel De la Madrid en corto haya negado la validez de sus propios dichos, en el fondo lo que comprueba es que dijo la verdad. Tanta prisa para rectificar sus declaraciones tiene una explicación; sólo los afectados lo pudieron mandar callar.

Las fotos de los padrinos en algunas bodas de alta sociedad son documentos que comprueban lo que tanto piden los juristas; la verdad histórica. Ahí están. Los nombres de los invitados no son coincidencia y no han sido alterados; contrario a lo que se dice en el cine cuando nos advierte que la identidad de algunos personajes ha sido cambiada para protección de las personas en la vida real. En la mafiosa política mexicana no existen coincidencias. La pregunta no es si De la Madrid está en plenas facultades físicas, la pregunta es por qué dijo lo que dijo. Los padrinos de algunas bodas entre poderosos se apresuraron a descalificar a la periodista Aristegui y a decir que no se le debe prestar atención a un “loco”, pretendiendo con ello ingenuamente darle carpetazo a la evidencia: Nunca la han podido ocultar. Ellos serán impunes pero nosotros no somos estúpidos.






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